Aliyáh 2: (Génesis 2:4-19) Creación de Adán y el huerto del Edén.
Haftaráh: Isaías 42:5-43:10 (El Creador forma a los hombres).
Brit Hadasháh: Romanos 5:12-21 (Adán y la entrada del pecado).
La Parashá Bereshit, Aliyah 2, abarca Génesis 2:4-19, donde se relata la creación de Adán y la preparación del huerto del Edén para él. A continuación, un análisis detallado de esta sección:
Texto Interlineal, Fonética y Análisis:
- Génesis 2:4-7:
- Texto Hebreo: אֵלֶּה תוֹלְדוֹת הַשָּׁמַיִם וְהָאָרֶץ בְּהִבָּרְאָם בְּיוֹם עֲשׂוֹת יְהוָה אֱלֹהִים אֶרֶץ וְשָׁמָיִם…
- Fonética: Ele toldot hashamayim veha’aretz bihibar’am beyom asot Adonai Elohím eretz v’shamayim…
- Traducción: “Estas son las generaciones de los cielos y la tierra cuando fueron creados, el día que hizo Adonái Elohím la tierra y los cielos”.
- Análisis Gramatical: La palabra “בְּהִבָּרְאָם” (bihibar’am) proviene de la raíz ברא (bara), que significa “crear”. El uso de este término señala la acción divina de crear con propósito y orden.
- Comentario Mesiánico: Este pasaje marca el origen de la humanidad, uniendo la obra de creación de Adonái Elohím y la manifestación de la vida humana, que encuentra un eco profundo en la restauración a través de Yeshúa como el “último Adán” que redime lo que fue perdido.
- Génesis 2:8-15:
- Adonái Elohím planta un huerto en el Edén, pone allí a Adán y le encomienda cultivarlo y guardarlo.
- Comentario Rabínico: Rashi comenta sobre la especificidad del Edén como un lugar de delicia, subrayando la intención de Elohím de proveer para el hombre un entorno óptimo para la obediencia y la cercanía divina.
- Comentario Mesiánico: Yeshúa habla del Reino de los cielos en términos de un huerto o viñedo, resaltando la restauración de la relación del hombre con Elohím que comenzó en el Edén (ver Mateo 20).
- Génesis 2:16-17:
- Elohím da a Adán la instrucción de no comer del árbol del conocimiento del bien y del mal.
- Raíz Hebrea: “צוָּה” (tzavá) de la raíz צוה, que implica mandato o instrucción directa. Esta palabra enfatiza la autoridad divina y la expectativa de obediencia.
- Comentario Mesiánico: La instrucción dada a Adán se conecta con el concepto de libre albedrío y la necesidad de una obediencia perfecta, algo que solo Yeshúa, el Mesías, pudo cumplir en su totalidad (ver Filipenses 2:8).
Tema: Creación del hombre y de la mujer
Estimados hermanos y hermanas en MarYah Yeshúa, ciudadanos del Reino de los Cielos. Nos adentramos hoy en la segunda Aliyá de la Parashá Bereshit, un pasaje de trascendental importancia que desvela los misterios de la creación de la humanidad, nuestra esencia, nuestro propósito y la fundamental necesidad de la relación. En este estudio, profundizaremos en el texto hebreo, exploraremos las ricas interpretaciones de nuestros Sabios y conectaremos estas verdades ancestrales con la luz del Reino de Yeshúa HaMashíaj. Que el Ruaj HaKodesh nos guíe en la comprensión de estas verdades eternas.
1. Texto Hebreo Interlineal
Pasaje: Génesis 2:4-2:19
2. Haftaráh
Pasaje: Yesha’yahu 42:5-9
Análisis:
La Haftaráh para la Parashá Bereshit se encuentra en Yesha’yahu 42:5-43:10. Nos enfocaremos en Yesha’yahu 42:5-9, que proclama la soberanía de HaShem como el Creador de los cielos y de la tierra, el dador del aliento a la humanidad, y Aquel que establece pactos y libera a los cautivos.
> Yesha’yahu 42:5 (Tiberiano): כֹּה אָמַר הָאֵל יְהוָה בּוֹרֵא הַשָּׁמַיִם וְנוֹטֵיהֶם רֹקַע הָאָרֶץ וְצֶאֱצָאֶיהָ נֹתֵן נְשָׁמָה לָעָם עָלֶיהָ וְרוּחַ לַהֹלְכִים בָּהּ
> (Ko amar ha’El Adonái bore hašamayim ve’noṭehem roqa ha’aretz ve’tse’ṣa’eyha noten nešamah la’am aleyha ve’ruaj laholejim bah)
> Así dice Elohím Adonái, el Creador de los cielos y el que los despliega, el que extiende la tierra y lo que de ella brota, el que da aliento al pueblo sobre ella y espíritu a los que por ella andan.
Esta declaración profética establece una conexión directa y profunda con el relato de Bereshit 2:7, donde Adonái Elohím “sopló en su nariz aliento de vida (nišmat ḥayim), y fue el hombre un ser viviente (nefeš ḥayah)”. El profeta Yesha’yahu reitera la autoría divina de la vida misma, subrayando que no solo el cosmos, sino la chispa vital en cada ser humano, emana directamente de HaShem.
El Targum Yonatan a Yesha’yahu 42:5 expande la idea de que HaShem es el Creador de los cielos y el que da “el espíritu del habla” a las criaturas que caminan sobre la tierra. Esta interpretación targúmica resuena con la comprensión midráshica de que la “nefeš ḥayah” del hombre no es meramente una vida biológica, sino una “ruaj memallela” (un espíritu que habla o razona), diferenciando al ser humano de los animales y otorgándole la capacidad de comunicarse con su Creador y de ejercer dominio mediante la palabra. El Midrash Bereshit Rabah 8:1 dice que el hombre fue creado el sexto día, pero se le dio alma el séptimo, para que pudiera entrar en el Shabbat con un espíritu completo. Otros Midrashim resaltan que el aliento de vida es un préstamo divino, haciendo al hombre responsable ante HaShem.
La Haftaráh continúa presentando a HaShem como el que “te he llamado en justicia; te he tomado de la mano; te he guardado y te he establecido como pacto para el pueblo, como luz para las naciones” (Yesha’yahu 42:6). Esta afirmación profética, aunque dirigida a Israel como nación, prefigura la elección y el propósito de la humanidad en general: ser un reflejo de la luz divina en la creación. La creación del hombre y la mujer en Bereshit 2 no es un acto aislado, sino el preludio de un plan divino que culmina en un pacto y en la revelación de la luz de Elohím a través de Su pueblo, y finalmente, a través de Yeshúa HaMashíaj mismo, quien es la luz del mundo. La formación de la humanidad con “nišmat ḥayim” es el fundamento para esta relación pactual que HaShem busca establecer con Sus criaturas.
3. Brit Hadasháh (Arameo)
Pasaje: Marqos 10:6-9
Análisis:
El pasaje de Marqos 10:6-9 presenta a Maran Yeshúa reafirmando el propósito original de la creación del hombre y la mujer, citando directamente de Bereshit 1:27 y 2:24.
Hebreo (Tiberiano) | Español | |
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4 אֵלֶּה תוֹלְדוֹת הַשָּׁמַיִם וְהָאָרֶץ בְּהִבָּרְאָם בְּיוֹם עֲשׂוֹת יְהוָה אֱלֹהִים אֶרֶץ וְשָׁמָיִם | Éleh toldot hašamayim veha’aretz be’hibare’am be’yom asot Adonái Elohím eretz ve’šamayim | 4 Estas son las generaciones de los cielos y de la tierra cuando fueron creados, en el día en que Adonái Elohím hizo la tierra y los cielos. |
5 וְכֹל שִׂיחַ הַשָּׂדֶה טֶרֶם יִהְיֶה בָאָרֶץ וְכָל עֵשֶׂב הַשָּׂדֶה טֶרֶם יִצְמָח כִּי לֹא הִמְטִיר יְהוָה אֱלֹהִים עַל הָאָרֶץ וְאָדָם אַיִן לַעֲבֹד אֶת הָאֲדָמָה | Ve’jol siaḥ hašadeh ṭerem yihyeh va’aretz ve’jol esev hašadeh ṭerem yiṣmaḥ ki lo himṭir Adonái Elohím al ha’aretz ve’adam ayin la’avod et ha’adamah | 5 Y todo arbusto del campo antes de que estuviera en la tierra, y toda hierba del campo antes de que brotara; porque Adonái Elohím no había hecho llover sobre la tierra, y no había hombre para labrar la tierra. |
6 וְאֵד יַעֲלֶה מִן הָאָרֶץ וְהִשְׁקָה אֶת כָּל פְּנֵי הָאֲדָמָה | Ve’ed ya’aleh min ha’aretz ve’hišqah et kol pene ha’adamah | 6 Pero un vapor subía de la tierra y regaba toda la faz de la tierra. |
7 וַיִּיצֶר יְהוָה אֱלֹהִים אֶת הָאָדָם עָפָר מִן הָאֲדָמָה וַיִּפַּח בְּאַפָּיו נִשְׁמַת חַיִּים וַיְהִי הָאָדָם לְנֶפֶשׁ חַיָּה | Va’yíṣer Adonái Elohím et ha’adam afar min ha’adamah va’yípaḥ be’apav nišmat ḥayim va’yehí ha’adam le’nefeš ḥayah | 7 Entonces Adonái Elohím formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente. |
8 וַיִּטַּע יְהוָה אֱלֹהִים גַּן בְּעֵדֶן מִקֶּדֶם וַיָּשֶׂם שָׁם אֶת הָאָדָם אֲשֶׁר יָצָר | Va’yíṭa Adonái Elohím Gan be’Eden miqedem va’yasem šam et ha’adam ašer yaṣar | 8 Y Adonái Elohím plantó un jardín en Edén, al oriente, y puso allí al hombre que había formado. |
9 וַיַּצְמַח יְהוָה אֱלֹהִים מִן הָאֲדָמָה כָּל עֵץ נֶחְמָד לְמַרְאֶה וְטוֹב לְמַאֲכָל וְעֵץ הַחַיִּים בְּתוֹךְ הַגָּן וְעֵץ הַדַּעַת טוֹב וָרָע | Va’yaṣmaḥ Adonái Elohím min ha’adamah kol etz neḥmad le’mar’eh ve’ṭov le’ma’ajal ve’etz haḥayim be’toj hagan ve’etz hada’at ṭov va’ra | 9 Y Adonái Elohím hizo brotar de la tierra todo árbol deseable a la vista y bueno para comer; también el árbol de la vida en medio del jardín, y el árbol del conocimiento del bien y del mal. |
10 וְנָהָר יֹצֵא מֵעֵדֶן לְהַשְׁקוֹת אֶת הַגָּן וּמִשָּׁם יִפָּרֵד לְאַרְבָּעָה רָאשִׁים | Ve’nahar yoṣe me’Eden le’hašqot et hagan u’mišam yípared le’arba’ah ra’šim | 10 Y un río salía de Edén para regar el jardín, y de allí se dividía en cuatro brazos. |
11 שֵׁם הָאֶחָד פִּישׁוֹן הוּא הַסֹּבֵב אֵת כָּל אֶרֶץ הַחֲוִילָה אֲשֶׁר שָׁם הַזָּהָב | Šem ha’eḥad Pišon hu hasovev et kol eretz haḤavilah ašer šam hazahav | 11 El nombre del primero es Pišon; éste es el que rodea toda la tierra de Ḥavilah, donde hay oro. |
12 וּזְהַב הָאָרֶץ הַהִוא טוֹב שָׁם הַבְּדֹלַח וְאֶבֶן הַשֹּׁהַם | U’zahav ha’aretz hahi ṭov šam habedolaḥ ve’even hašoham | 12 Y el oro de aquella tierra es bueno; allí hay bedolaḥ y ónice. |
13 וְשֵׁם הַנָּהָר הַשֵּׁנִי גִּיחוֹן הוּא הַסּוֹבֵב אֵת כָּל אֶרֶץ כּוּשׁ | Ve’šem hanahar hašeni Giḥon hu hasovev et kol eretz Kuš | 13 El nombre del segundo río es Giḥon; éste es el que rodea toda la tierra de Kuš. |
14 וְשֵׁם הַנָּהָר הַשְּׁלִישִׁי חִדֶּקֶל הוּא הַהֹלֵךְ קִדְמַת אַשּׁוּר וְהַנָּהָר הָרְבִיעִי הוּא פְרָת | Ve’šem hanahar hašeliši Ḥideqel hu haholej qidmat Ašur ve’hanahar ha’revi’i hu Perat | 14 Y el nombre del tercer río es Ḥideqel; éste es el que va al oriente de Ašur. Y el cuarto río es Perat. |
15 וַיִּקַּח יְהוָה אֱלֹהִים אֶת הָאָדָם וַיַּנִּחֵהוּ בְגַן עֵדֶן לְעָבְדָהּ וּלְשָׁמְרָהּ | Va’yíqaḥ Adonái Elohím et ha’adam va’yanijéhu be’gan Eden le’ovdah ule’šomrah | 15 Tomó, pues, Adonái Elohím al hombre y lo puso en el jardín de Edén para que lo labrara y lo guardara. |
16 וַיְצַו יְהוָה אֱלֹהִים עַל הָאָדָם לֵאמֹר מִכֹּל עֵץ הַגָּן אָכֹל תֹּאכֵל | Va’yeṣav Adonái Elohím al ha’adam le’mor mi’kol etz hagan ajol to’jel | 16 Y mandó Adonái Elohím al hombre, diciendo: De todo árbol del jardín podrás comer libremente; |
17 וּמֵעֵץ הַדַּעַת טוֹב וָרָע לֹא תֹאכַל מִמֶּנּוּ כִּי בְּיוֹם אֲכָלְךָ מִמֶּנּוּ מוֹת תָּמוּת | U’me’etz hada’at ṭov va’ra lo to’jal mimenu ki be’yom aḥol’ja mimenu mot tamut | 17 pero del árbol del conocimiento del bien y del mal no comerás, porque el día que de él comas, ciertamente morirás. |
18 וַיֹּאמֶר יְהוָה אֱלֹהִים לֹא טוֹב הֱיוֹת הָאָדָם לְבַדּוֹ אֶעֱשֶׂה לּוֹ עֵזֶר כְּנֶגְדּוֹ | Va’yomer Adonái Elohím lo ṭov heyot ha’adam levado e’eseh lo ezer ke’negdo | 18 Y dijo Adonái Elohím: No es bueno que el hombre esté solo; le haré una ayuda idónea para él. |
19 וַיִּצֶר יְהוָה אֱלֹהִים מִן הָאֲדָמָה כָּל חַיַּת הַשָּׂדֶה וְאֵת כָּל עוֹף הַשָּׁמַיִם וַיָּבֵא אֶל הָאָדָם לִרְאוֹת מַה יִּקְרָא לוֹ וְכֹל אֲשֶׁר יִקְרָא לוֹ הָאָדָם נֶפֶשׁ חַיָּה הִוא שְׁמוֹ | Va’yíṣer Adonái Elohím min ha’adamah kol ḥayat haśadeh ve’et kol of hašamayim va’yave el ha’adam lir’ot mah yiqra lo ve’jol ašer yiqra lo ha’adam nefeš ḥayah hi šmo | 19 Y Adonái Elohím formó de la tierra todo animal del campo y toda ave de los cielos, y los trajo al hombre para ver cómo los llamaría; y el nombre que el hombre le diera a todo ser viviente, ese sería su nombre. |
Arameo (Siríaco Oriental) | Español | |
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6 ܐܰܝܢܳܐ ܕ݁ܶܝܢ ܕ݁ܰܡܢܳܬ݂ܚܳܐ ܐܰܢܳܫܳܐ ܘܰܢܫ̈ܶܐ ܥܰܒ݂ܕ݁ ܐܶܢܽܘܢ ܐܰܠܳܗܳܐ܂ | aynah dayn damnatḥa anaša waneše awad enun alaha. | 6 Pero desde el principio de la creación, varón y hembra los hizo Elohím. |
7 ܡܶܛܳܠ ܗܳܕ݂ܶܐ ܢܶܫܒ݁ܽܘܩ ܓ݁ܰܒ݂ܪܳܐ ܠܰܐܒ݂ܽܘܗܝ ܘܰܠܶܐܡܶܗ ܘܢܶܩܦ݁ ܠܰܐܢܬ݁ܬ݂ܶܗ܂ | meṭol haḏe nešbuq gavra la’avuhi wale’emeh waneqaf la’antateh. | 7 Por esta razón dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, |
8 ܘܢܶܗܘܽܘܢ ܬ݁ܪ̈ܶܝܗܽܘܢ ܚܰܕ݂ ܒ݁ܶܣܪܳܐ ܚܰܕ݂ ܗܳܟ݂ܰܝܠ ܠܳܐ ܗ̄ܘܰܘ ܬ݁ܪ̈ܶܝܢ ܐܶܠܳܐ ܚܰܕ݂ ܒ݁ܶܣܪܳܐ܂ | wenehwoon treyhun ḥad besra ḥad hakayl la hawaw treyn ela ḥad besra. | 8 y los dos serán una sola carne. Así que no son ya más dos, sino una sola carne. |
9 ܡܶܕ݁ܶܡ ܗܳܟ݂ܰܝܠ ܕ݁ܰܐܠܳܗܳܐ ܙܰܘܶܓ݂ ܐܰܢܳܫܳܐ ܠܳܐ ܢܦ݂ܰܪܶܫ܂ | meddem hakayl da’alaha zawweḏ anaša la n’pareš. | 9 Por tanto, lo que Elohím ha unido, no lo separe el hombre. |
En este pasaje, MarYah Yeshúa HaMashíaj apela directamente a la intención original de Elohím en la creación de la humanidad, tal como se narra en Bereshit. Al citar “desde el principio de la creación, varón y hembra los hizo Elohím” y la declaración de “serán una sola carne”, Yeshúa HaMashíaj subraya la santidad y la permanencia de la unión matrimonial como un reflejo del diseño divino. Este no es un mero consejo cultural, sino un principio fundamental arraigado en la estructura misma de la creación, revelando la profunda comunión que Elohím desea para Su humanidad.
La frase “una sola carne” (basar eḥad en hebreo, ḥad besra en arameo) va más allá de la unión física; implica una unidad integral de espíritu, alma y cuerpo. Esta unidad, establecida por Elohím, es un tipo de la unidad que Yeshúa HaMashíaj establece con Su Qahal (congregación), y un anticipo del tipo de relaciones que caracterizarán el Reino de los Cielos. En el Reino de Elohím, las relaciones se restauran a su diseño original, libres de la fragmentación causada por el pecado.
Los textos apócrifos y pseudepigráficos a menudo complementan esta visión de la creación original y la unión. Por ejemplo, el Libro de los Jubileos 2:14 afirma que en el sexto día fueron creados Adán y su esposa, y se les dio un espíritu de vida, solidificando la idea de la creación simultánea o en estrecha secuencia y la igualdad fundamental de sus espíritus. El “Testamento de Adán” (un texto pseudepigráfico siríaco) a menudo enfatiza la bendición original sobre la humanidad y la comunión con Elohím antes de la caída, lo que hace que la instrucción de Yeshúa HaMashíaj sea aún más poderosa al recordar ese estado prístino.
Yeshúa HaMashíaj, al referirse al “principio”, nos invita a mirar más allá de las costumbres humanas y a anclarnos en la voluntad eterna de Elohím. Su enseñanza no solo corrige las desviaciones rabínicas de su tiempo respecto al divorcio, sino que también establece un estándar para los ciudadanos del Reino: la santidad de las relaciones humanas, especialmente la matrimonial, debe reflejar la pureza y la unidad del designio original de HaShem. En el Reino de Yeshúa HaMashíaj, donde todo es hecho nuevo, la restauración de la humanidad a la imagen de Elohím incluye la restauración de relaciones sanas y duraderas, modeladas por el amor y la unidad de Mashíaj con Su Qahal.
4. Contexto Histórico
El pasaje de Génesis 2:4-19 se presenta como un relato más detallado de la creación del hombre y la mujer, complementando y expandiendo el resumen cronológico del capítulo 1. La estructura de Bereshit, con “Éleh toldot” (Estas son las generaciones de…) como un marcador literario recurrente, sugiere una serie de narrativas entrelazadas que exploran diferentes facetas de la creación y la historia primitiva.
Cultura del Antiguo Cercano Oriente:
En la época en que Moshéh probablemente compiló y escribió la Torah (aproximadamente entre los siglos XV y XIII a.e.c.), las culturas circundantes como Sumeria, Acadia, Asiria y Babilonia poseían sus propios mitos de creación. El “Enuma Elish” babilónico, por ejemplo, narra la creación de la humanidad a partir de la sangre de un dios asesinado, Qingu, con el propósito de servir a los dioses mayores y aliviar su trabajo. El poema de Atra-Hasis también describe la creación del hombre para realizar labores para las deidades.
El relato de Bereshit contrasta fuertemente con estas narrativas paganas:
1. Monoteísmo: Bereshit presenta a un solo Elohím soberano (Adonái Elohím), no un panteón en conflicto.
2. Propósito del hombre: La humanidad no es creada como esclava de deidades caprichosas, sino con dignidad, “a imagen y semejanza de Elohím” (Bereshit 1:27, contexto del pasaje), y con el propósito de ser mayordomo de la creación (“le’ovdah ule’šomrah”, Bereshit 2:15).
3. Orden y benevolencia: La creación es un acto ordenado de un Elohím benevolente, no el resultado de batallas divinas o una necesidad desesperada. HaShem ve que Su creación es “muy buena”.
Personajes:
- Adán (הָאָדָם): El primer hombre, su nombre está etimológicamente ligado a “adamah” (la tierra, el polvo). Él es el arquetipo de la humanidad, el primer mayordomo y el primer ser con aliento divino.
- Ḥavah (חַוָּה): Aunque su nombre no aparece explícitamente en esta Aliyá, la mujer es creada al final de este pasaje (Génesis 2:21-23, justo después de 2:19), como la “ezer kenegdó” (ayuda idónea) de Adán. Su creación de la “tsela” (costilla/lado) de Adán resalta su igualdad esencial y su complementariedad.
- Formación del hombre: Adonái Elohím forma al hombre del polvo de la tierra y sopla en él el “aliento de vida”, dotándolo de una dimensión espiritual única.
- Plantación del Gan Eden: Elohím prepara un lugar idílico, el Jardín del Edén, para el hombre, un prototipo del santuario o templo, un lugar de comunión directa con HaShem.
- Mandato de mayordomía: Adán recibe la tarea de “labrar y guardar” el jardín, estableciendo la dignidad del trabajo y la responsabilidad sobre la creación.
- Mandato moral: La prohibición de comer del árbol del conocimiento del bien y del mal introduce el concepto de libre albedrío y obediencia.
- La necesidad de compañía: La declaración “No es bueno que el hombre esté solo” revela una verdad fundamental sobre la naturaleza relacional de la humanidad, preparando el escenario para la creación de la mujer.
- Nombramiento de los animales: La autoridad dada a Adán para nombrar a los animales subraya su dominio y su intelecto.
- Va’yíṣer (וַיִּיצֶר): Del verbo yatsar (יָצַר), que significa “formar” o “moldear”, como un alfarero. Este verbo sugiere un acto deliberado, personal y artístico de Elohím. A diferencia de la creación de otras criaturas por un “que sea” (יְהִי), la del hombre implica una acción manual directa.
- Ha’adam (הָאָדָם) y ha’adamah (הָאֲדָמָה): Existe un juego de palabras intrínseco. El hombre (adam) es tomado de la tierra (adamah). Esto subraya su origen humilde y su dependencia de la creación, recordándole su naturaleza terrenal y finita. Midrash Bereshit Rabah 14:3 sugiere que Adán fue creado del polvo de todo el mundo, para que cualquier lugar donde muriera pudiera reclamarlo, y para que la tierra entera tuviera una conexión con la humanidad.
- Nišmat ḥayim (נִשְׁמַת חַיִּים): “Aliento de vida”. Es el soplo divino, el Ruaj (רוּחַ), que infunde vida en el molde de polvo. Esto distingue al ser humano de todas las demás criaturas. No es solo un ser vivo, sino uno con una conexión directa con lo divino. El Targum Onqelos y el Targum Yonatan a Bereshit 2:7 traducen “nišmat ḥayim” como “ruaj memallela” (רוּחַ מְמַלְלָא), “espíritu que habla” o “espíritu que razona”. Esto resalta la capacidad humana para la comunicación, el pensamiento complejo y la relación con HaShem, elementos ausentes en otras formas de vida.
- Nefeš ḥayah (נֶפֶשׁ חַיָּה): “Ser viviente” o “alma viviente”. Mientras que los animales también son llamados “nefeš ḥayah” (Bereshit 1:20, 24), la forma en que el hombre la recibe (por el soplo directo de Elohím) le confiere una calidad única y superior, tal como los Targumim interpretan. La combinación de lo terrenal y lo divino lo convierte en una entidad única, un puente entre el cielo y la tierra.
- Le’ovdah (לְעָבְדָהּ): “Labrar”, “trabajar”, “servir”. Este mandato establece el trabajo como una actividad digna y original del ser humano, no como una maldición post-caída. Es un servicio a la creación y, por extensión, a HaShem.
- Ule’šomrah (וּלְשָׁמְרָהּ): “Guardar”, “proteger”, “preservar”. Este término tiene connotaciones de vigilancia, de cuidado diligente. En un contexto sacerdotal, “shamar” se usa para guardar el santuario o los mandamientos de la Torah. Esto implica que Adán era no solo un jardinero, sino también un sacerdote-rey del Gan Eden, responsable de mantener su santidad y orden. El Midrash Pirqei deRabi Eli’ezer 20 expande este concepto, viendo al hombre como el encargado de mantener la armonía del mundo creado.
- Lo tov (לֹא טוֹב): “No es bueno”. Es la única vez en el relato de la creación donde Elohím declara algo como “no bueno” antes de la caída. Esto enfatiza la naturaleza relacional de la humanidad. La soledad es una imperfección en la creación.
- Ezer ke’negdo (עֵזֶר כְּנֶגְדּוֹ): “Ayuda idónea para él” o “ayuda que le corresponde”. Ezer (עֵזֶר) significa “ayuda” y se usa a menudo para referirse a la ayuda divina (e.g., Devarim 33:7, Tehilim 121:1-2). Ke’negdo (כְּנֶגְדּוֹ) significa “frente a él”, “a su lado”, “como su contraparte” o “correspondiente a él”. No implica inferioridad, sino complementariedad y paridad. Es una compañera que lo complementa, que lo mira a los ojos, que es su igual en esencia pero diferente en función, para que juntos puedan cumplir el propósito divino. El Midrash Bereshit Rabah 17:7, entre otros, elabora sobre la igualdad de la mujer, diciendo que fue creada de la costilla para que fuera “lado a lado” con él.
- Bereshit 2:7 (Nefeš Ḥayah): Donde el hebreo dice “nefeš ḥayah” (נֶפֶשׁ חַיָּה), Onqelos traduce “ruaj memallela” (ܪܘܚܳܐ ܡܡܰܠܠܳܐ), que significa “espíritu que habla” o “espíritu que razona”. Esto subraya la singularidad del hombre, no solo como un ser vivo, sino como uno dotado de intelecto y la capacidad de comunicación, estableciendo una clara distinción con los animales. Esto refuerza la idea de la “imagen de Elohím” del capítulo 1.
- Bereshit 2:15 (Le’ovdah ule’šomrah): Onqelos traduce “le’ovdah” como “para trabajar en ella” y “ule’šomrah” como “para guardarla”. La interpretación de “guardar” a menudo implica mantener los mandamientos de la Torah, lo que prefigura la idea de que Adán tenía una instrucción divina que obedecer.
- Bereshit 2:7 (Creación del hombre): Yonatan detalla que Elohím tomó polvo de todas las cuatro esquinas de la tierra para formar a Adán. Algunos Midrashim, como Bereshit Rabah 14:3, también sugieren que el polvo fue tomado de un lugar específico, el lugar del Altar en Yerushalayim, conectando así el origen de la humanidad con el lugar más sagrado de la tierra y, proféticamente, con el sacrificio expiatorio.
- Bereshit 2:15 (Le’ovdah ule’šomrah): Yonatan interpreta “le’ovdah” como “para servir a la Torah” y “ule’šomrah” como “para observar sus mandamientos”, transformando el trabajo en el jardín en una alegoría de la observancia espiritual, incluso antes de la revelación en el Har Sinái. Esto eleva la mayordomía a un nivel de servicio divino.
- Bereshit 2:18 (Ezer ke’negdo): Yonatan a menudo expande sobre la creación de la mujer, enfatizando que ella sería “una ayuda para él si él merece, pero en contra de él si no lo merece”. Esto introduce el concepto de la responsabilidad humana en la relación y la importancia de la obediencia a Elohím para que la ayuda sea idónea y no una fuente de conflicto.
- Bereshit Rabah 14:1 sobre 2:4 (“Éleh toldot”): El Midrash explica que la sección anterior (Bereshit 1) habla de la creación en general, mientras que esta sección (Bereshit 2) se enfoca en la humanidad, que es la culminación y el propósito de la creación. Se pregunta por qué se usa “Adonái Elohím” aquí, sugiriendo que “Elohím” representa la justicia (midat hadin) y “Adonái” representa la misericordia (midat haraḥamim). La creación del hombre requería la combinación de ambas cualidades divinas.
- Bereshit Rabah 14:3 sobre 2:7 (Formación del hombre): Continúa la idea de que Adán fue creado del polvo de todo el mundo para que, sin importar dónde muriera, la tierra lo recibiría. También se discute la idea de que Adán tenía un cuerpo glorioso antes del pecado, casi como el de los ángeles.
- Bereshit Rabah 17:7 sobre 2:18 (“Lo tov heyot ha’adam levadó”): Este Midrash elabora sobre la dignidad de la mujer. Discute que Adán vio a todos los animales en pares, pero él mismo estaba solo, lo que le causó gran angustia. Elohím no quería que Adán pensara que había otro Elohím que le estaba creando una compañera, por lo que Adán fue el primero en notar su soledad. El Midrash explica que la mujer fue creada de la costilla (o lado) de Adán, no de su cabeza para que no lo dominara, ni de sus pies para que no fuera pisoteada, sino de su costado para que fuera su igual, bajo su brazo para ser protegida, y cerca de su corazón para ser amada. Esto enfatiza la igualdad, protección y amor como fundamentos de la relación matrimonial.
- Bereshit Rabah 16:6 sobre 2:15 (Le’ovdah ule’šomrah): El Midrash interpreta “guardar” el jardín como guardar los mandamientos de Elohím, en particular el mandamiento relativo al árbol del conocimiento del bien y del mal, lo que anticipa la importancia de la Torah en la vida del hombre.
- Pirqei deRabi Eli’ezer 20 (Sobre la creación del hombre): Describe cómo los ángeles se opusieron a la creación del hombre, diciendo que sería un pecador. Pero Elohím, en Su sabiduría, lo creó de todos modos, demostrando Su soberanía y propósito.
En conjunto, estos Midrashim y Targumim no solo aclaran el texto, sino que también revelan cómo los sabios de Israel entendían la dignidad de la humanidad, la santidad del matrimonio, el propósito del trabajo, la importancia de la obediencia a HaShem, y la naturaleza relacional que Elohím imbuyó en Su creación, todo lo cual apunta hacia la plenitud encontrada en el Reino de Yeshúa HaMashíaj.
10. Mandamientos
De esta Aliyá, aunque no se establecen mandamientos explícitos en el sentido de las 613 mitzvot dadas en la Torah posterior, se pueden extraer principios de vida y mandatos fundamentales aplicables a los discípulos de Mashíaj en el Reino de los Cielos.
1. Reconocer y Honrar la Dignidad Humana (Bereshit 2:7):
* Principio: El ser humano es una creación única, formado del polvo de la tierra y dotado del aliento divino (“nišmat ḥayim”). Esto le confiere una dignidad intrínseca y un valor incalculable.
* Aplicación para los discípulos de Mashíaj: Como ciudadanos del Reino, debemos honrar a cada persona, reconociendo en ella la chispa divina, incluso en aquellos que no conocen a Maran Yeshúa. La vida humana es sagrada desde su concepción, y el respeto por la vida y la dignidad del prójimo es una expresión fundamental del amor de Elohím. Debemos evitar el menosprecio, la deshumanización y la violencia, promoviendo la justicia y la compasión en nuestras interacciones.
2. Mayordomía y Cuidado de la Creación (Bereshit 2:15):
* Principio: El mandato de “labrar y guardar” (לְעָבְדָהּ וּלְשָׁמְרָהּ – le’ovdah ule’šomrah) el Gan Eden establece la responsabilidad del hombre sobre la creación. La humanidad no es dueña, sino mayordoma de la tierra.
* Aplicación para los discípulos de Mashíaj: En el Reino de Elohím, somos llamados a ser mayordomos fieles de los recursos naturales y del medio ambiente. Esto implica un uso responsable, la conservación y el cuidado de la tierra y sus criaturas. También se extiende a la mayordomía de nuestros talentos, tiempo y posesiones, utilizándolos para la gloria de HaShem y el bienestar de Su Reino.
3. Valorar la Relación y la Compañía (Bereshit 2:18):
* Principio: La declaración de Elohím, “No es bueno que el hombre esté solo”, subraya la naturaleza relacional esencial de la humanidad y la necesidad de compañía. La soledad es una condición que Elohím mismo identificó como “no buena”.
* Aplicación para los discípulos de Mashíaj: Debemos buscar y fomentar relaciones saludables y significativas en nuestras vidas, tanto dentro de la Qahal como en la sociedad en general. La comunidad de creyentes es un pilar del Reino, donde nos apoyamos, animamos y exhortamos mutuamente. También implica el servicio a los solitarios y marginados, llevando la compañía y el amor de Yeshúa HaMashíaj a quienes sufren de aislamiento.
4. Santidad del Matrimonio y la Familia (Bereshit 2:18, y 2:24 por implicación):
* Principio: La creación de la mujer como “ezer ke’negdo” (ayuda idónea) y la subsecuente unión en “una sola carne” establece el matrimonio como la primera institución divina, fundamental para la humanidad.
* Aplicación para los discípulos de Mashíaj: Para aquellos que son llamados al matrimonio, este pasaje establece el modelo de una unión monógama, heterosexual, de por vida, basada en la complementariedad, el amor y la unidad. Es un reflejo del pacto entre Yeshúa HaMashíaj y Su Qahal. Debemos honrar y proteger la santidad del matrimonio y la familia como cimientos del Reino. Para aquellos no llamados al matrimonio, el principio de relación se expresa en la familia espiritual de la Qahal.
5. Obediencia a la Voluntad de Elohím (Bereshit 2:16-17):
* Principio: La instrucción de Elohím sobre el árbol del conocimiento del bien y del mal fue el primer mandamiento explícito dado al hombre, estableciendo la obediencia como la clave para la vida y la comunión.
* Aplicación para los discípulos de Mashíaj: Nuestra vida en el Reino se define por la obediencia a la Torah de Yeshúa HaMashíaj, Sus enseñanzas y los mandamientos de HaShem. Reconocemos que la verdadera vida y bendición vienen de alinear nuestra voluntad con la de nuestro Creador y Rey.
Estos principios son guías para una vida recta y justa, cimentada en el propósito original de Elohím para la humanidad, y plenamente vivida bajo la autoridad y el amor de Yeshúa HaMashíaj en Su Reino.
11. Preguntas de Reflexión
1. ¿De qué manera la unicidad de la creación del ser humano, a partir del polvo y el aliento divino, nos llama a vivir con humildad y, al mismo tiempo, a reconocer nuestra dignidad inherente como portadores de la imagen de Elohím en el Reino de Mashíaj?
2. ¿Cómo el principio de “no es bueno que el hombre esté solo” se manifiesta en la vida comunitaria de los discípulos de Yeshúa HaMashíaj, y qué responsabilidades conlleva la búsqueda de una “ayuda idónea” tanto en el matrimonio como en las relaciones de la Qahal (congregación)?
3. Considerando el mandato de “trabajar y guardar” el Gan Eden, ¿cómo podemos, como ciudadanos del Reino, ejercer una mayordomía fiel sobre la creación y sobre los dones que Adonái Elohím nos ha dado, anticipando la restauración final de todas las cosas en la era mesiánica?
12. Resumen
La Aliyá 2 de Parashá Bereshit (Génesis 2:4-19) profundiza en la creación de la humanidad, revelando que el hombre fue formado de la tierra e infundido con el aliento de vida divina, otorgándole una dignidad y propósito únicos. Establecido en el Gan Eden, recibió el mandato de mayordomía (“labrar y guardar”) sobre la creación y una instrucción moral. Crucialmente, la declaración “No es bueno que el hombre esté solo” subraya la naturaleza relacional inherente a la humanidad, preparando el escenario para la creación de la mujer como una “ayuda idónea”. Este pasaje sienta las bases para la comprensión de la unicidad humana, la santidad del matrimonio y la necesidad de comunidad, todo lo cual encuentra su plenitud y restauración en el Reino de Yeshúa HaMashíaj, donde Él, como el Segundo Adán, inaugura una nueva creación y restaura la perfecta comunión del Edén.
13. Tefiláh (Oración)
Adonái Elohím, Creador de los cielos y de la tierra, te alabamos por Tu sabiduría insondable al formar al hombre del polvo y soplar en él Tu aliento divino, dándonos vida y propósito. Te damos gracias, HaShem, por no dejarnos solos, sino por proveer la compañía y la unión en la mujer, estableciendo el modelo de relación que refleja Tu propia naturaleza. Ayúdanos, por medio del Ruaj HaKodesh, a vivir como mayordomos fieles de Tu creación y a construir relaciones que honren Tu diseño, reflejando el amor y la unidad de Yeshúa HaMashíaj con Su Qahal en el Reino de los Cielos. Que nuestra vida testifique de Tu bondad y de Tu plan redentor para toda la humanidad, hasta que Tu Reino venga plenamente. Amén.
Más Recursos del Reino de Yeshúa HaMashíaj
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