Leer o Descargar PDF - Parashá 52 Vayeléj (וילך) – Aliyha 1

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Aliyáh 1: (Deuteronomio 31:1-3) Moshé anuncia que no cruzará el Jordán, pero Yehoshúa guiará al pueblo.
Haftaráh: Oseas 14:2-10; Joel 2:11-27 (El llamado al arrepentimiento y la promesa de restauración).
Brit Hadasháh: Juan 14:16-18 (Yeshúa promete otro Consolador para guiar a Sus discípulos).

Tema: Moshéh se despide del pueblo

1. Texto Hebreo Interlineal

Pasaje: Deuteronomio 31:1-31:6

Texto Hebreo OriginalFonética TiberianaTraducción Palabra por PalabraTraducción Literal del Verso
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וַיֵּלֶךְVa-ye-lekhY fueY Moshéh fue y habló estas palabras a todo Yisra’el.
מֹשֶׁהMo-šehMoshéh
וַיְדַבֵּרva-ye-da-bery habló
אֶתet(partícula de objeto directo)
הַדְּבָרִיםha-de-va-rimlas palabras
הָאֵלֶּהha-e-lehestas
אֶלela
כָּלkoltodo
יִשְׂרָאֵלYiś-ra-elYisra’el
וַיֹּאמֶרVa-yo-merY dijoY les dijo: “Ciento veinte años tengo hoy; no puedo ya salir ni entrar, porque Adonái me ha dicho: ‘No cruzarás este Yardén’.
אֲלֵהֶםa-le-hema ellos
בֶּןbenhijo (de)
מֵאָהme-ahcien
וְעֶשְׂרִיםve-eś-rimy veinte
שָׁנָהša-nahaños
אָנֹכִיa-no-khiyo
הַיּוֹםha-yomhoy
לֹאlono
אוּכַלu-khalpodré
עוֹדodmás
לָצֵאתla-ṣetsalir
וְלָבוֹאve-la-voy entrar
וַאדֹנָיva-Adonáiy Adonái
אָמַרa-mardijo
אֵלַיe-laya mí
לֹאlono
תַעֲבֹרta-a-vorcruzarás
אֶתet(partícula de objeto directo)
הַיַּרְדֵּןha-yar-denel Yardén
הַזֶּהha-zeheste
יְהוָה אֱלֹהֶיךָAdonái Elo-he-khaAdonái tu ElohímAdonái tu Elohím, Él es quien va delante de ti; Él destruirá estas naciones de delante de ti, y tú las heredarás. Yehoshúa es quien va delante de vosotros, como habló Adonái.
הוּאhuÉl
עֹבֵרo-verpasando
לְפָנֶיךָle-fa-ne-khadelante de ti
הוּאhuÉl
יַשְׁמִידyaš-middestruirá
אֶתet(partícula de objeto directo)
הַגּוֹיִםha-go-yimlos pueblos
הָאֵלֶּהha-e-lehestos
מִפָּנֶיךָmi-pa-ne-khade delante de ti
וִירִשְׁתָּםvi-rišt-tamy los heredarás
יְהוֹשֻׁעַYe-ho-šu-aYehoshúa
הוּאhuél
עֹבֵרo-verpasando
לִפְנֵיכֶםlif-ne-khemdelante de vosotros
כַּאֲשֶׁרka-a-šercomo
דִּבֶּרdi-berhabló
יְהוָהAdonáiAdonái
וְעָשָׂהVe-a-śahY haráY Adonái hará a ellos como hizo a Siḥón y a Og, reyes del Emorí, y a su tierra, a quienes destruyó.
יְהוָהAdonáiAdonái
לָהֶםla-hema ellos
כַּאֲשֶׁרka-a-šercomo
עָשָׂהa-śahhizo
לְסִיחוֹןle-Si-ḥona Siḥón
וּלְעוֹגu-le-Ogy a Og
מַלְכֵיmal-kheireyes (de)
הָאֱמֹרִיha-E-mo-riel Emorí
וּלְאַרְצָםu-le-ar-ṣamy a su tierra
אֲשֶׁרa-šerque
הִשְׁמִידhiš-middestruyó
אֹתָםo-tama ellos
וּנְתָנָםU-ne-ta-namY los entregaráY Adonái los entregará delante de vosotros, y haréis con ellos conforme a todo el mandamiento que os he mandado.
יְהוָהAdonáiAdonái
לִפְנֵיכֶםlif-ne-khemdelante de vosotros
וַעֲשִׂיתֶםva-a-śi-temy haréis
לָהֶםla-hema ellos
כְּכָלke-kholconforme a todo
הַמִּצְוָהha-miṣ-vahel mandamiento
אֲשֶׁרa-šerque
צִוִּיתִיṣi-vi-timandé
אֶתְכֶםet-khema vosotros
חִזְקוּḤiz-quSed fuertes¡Sed fuertes y sed valientes! No temáis ni os amedrentéis de ellos, porque Adonái tu Elohím, Él es quien va contigo; no te dejará ni te abandonará.
וְאִמְצוּve-im-ṣuy sed valientes
אַלalno
תִּירְאוּti-re-utemáis
וְאַלve-aly no
תַּעַרְצוּta-ar-ṣuos amedrentéis
מִפְּנֵיהֶםmi-pe-ne-hemde delante de ellos
כִּיkiporque
יְהוָהAdonáiAdonái
אֱלֹהֶיךָElo-he-khatu Elohím
הוּאhuÉl
הַהֹלֵךְha-ho-lekhel que va
עִמָּךְim-makhcontigo
לֹאlono
יַרְפְּךָyar-pe-khate dejará
וְלֹאve-loy no
יַעַזְבֶךָּya-az-ve-kate abandonará

2. Haftaráh

Pasaje: Yesha’yahu 55:6-56:8

Análisis: La Haftaráh de Parashá Vayelej, tomada de Yesha’yahu 55:6-56:8, resuena profundamente con el espíritu de despedida y exhortación de Moshéh. Mientras Moshéh se despide físicamente, sus palabras son un llamado a la fidelidad y a la dependencia de HaShem. El profeta Yesha’yahu amplifica este llamado, urgiendo al pueblo a “buscad a Adonái mientras puede ser hallado, llamadle en tanto que está cercano” (Yesha’yahu 55:6). Esta exhortación es particularmente potente en el contexto de un líder que se va y un nuevo desafío (la entrada a la tierra) que se avecina.

El Midrashim, como el Devarim Rabbah, a menudo enfatiza la preocupación de Moshéh por el bienestar espiritual del pueblo después de su partida. Él sabía que sin su guía, el pueblo podría descarriarse. La Haftaráh de Yesha’yahu proporciona la solución divina a esta preocupación: el retorno a HaShem a través del arrepentimiento y la búsqueda de Su voluntad. El profeta recuerda la misericordia de Elohím y la permanencia de Sus pactos, declarando que Su palabra “no volverá a Mí vacía, sino que hará lo que Yo quiero” (Yesha’yahu 55:11). Esto conecta con la promesa de Adonái a Moshéh de que Él mismo iría delante de Yisra’el (Deuteronomio 31:3).

El Targum Yonatan a Yesha’yahu 56:1, que a menudo parafrasea y expande el texto, puede interpretar las “bendiciones” mencionadas como la llegada de los días mesiánicos y la justicia divina, un eco de la promesa de la tierra y la victoria que Moshéh da al pueblo. La promesa de la “casa de oración para todos los pueblos” (Yesha’yahu 56:7) anticipa la universalidad del Reino de los Cielos, una visión que Moshéh, a pesar de sus limitaciones, anhelaba para Yisra’el como luz para las naciones. Así, la Haftaráh sirve como un recordatorio de que la partida de Moshéh no significa el fin de la guía divina, sino una transición a una fase donde la fidelidad a HaShem y Su Torah sigue siendo primordial, bajo la promesa de Su presencia y la venida de Su Mashíaj.

3. Brit Hadasháh (Arameo)

Pasaje: Matityahu 28:19-20 (Peshitta)

ܘܩܪܶܒ ܝܶܫܽܘܥ ܘܰܡܰܠܶܠ ܥܰܡܗܽܘܢ ܘܶܐܡܰܪ ܐܶܬܝܰܗܶܒ ܠܺܝ ܟܽܠ ܫܽܘܠܛܳܢ ܒܰܫܡܰܝܳܐ ܘܒ݂ܰܐܪܥܳܐ܀ ܡܶܛܽܠ ܗܳܕܶܐ ܙܶܠܘܽ ܬܰܠܡܶܕܘܽ ܟܽܠܗܽܘܢ ܥܰܡ̈ܡܶܐ ܘܰܐܥܡܶܕܘܽ ܐܶܢܽܘܢ ܒܰܫܡܳܐ ܕܰܐܒܳܐ ܘܰܕܒ݂ܰܪܐ ܘܰܕܪܽܘܚܳܐ ܕܩܽܘܕܫܳܐ܀ ܘܰܐܠܶܦܘܽ ܐܶܢܽܘܢ ܕܢܶܛܪܽܘܢ ܟܽܠ ܡܶܕܶܡ ܕܰܦܩܶܕܬܟ݂ܽܘܢ ܘܗܳܐ ܐܶܢܳܐ ܥܰܡܟ݂ܽܘܢ ܐܶܢܳܐ ܟܽܠܗܽܘܢ ܝܰܘܡܳܬܳܐ ܥܕ݂ܰܡܳܐ ܠܫܽܘܠܳܡܶܗ ܕܥܳܠܡܳܐ ܐܰܡܺܝܢ܀

Fonética Siríaca Oriental:

w’qareb Yešua w’malel amhun w’emar etyahheb li kul šulṭan bašmaya w’barʿa. meṭol hade zelhu talmədhu kulhun amme wa’amedu enun bašma d’ava wadb’ra wadrūḥa dqudša. Wa’alfu enun dnəṭrun kul medem dafqedtkun w’ha ena amkun ena kulhun yawmate adama lšulam’h d’alma amin.

Traducción:

Y Yeshúa se acercó y les habló, diciendo: “Toda autoridad me ha sido dada en el cielo y en la tierra. Por tanto, id y haced discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Ruaj HaKodesh; enseñándoles a guardar todo lo que os he mandado; y he aquí, Yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.”

Análisis: Este pasaje de la Brit Hadasháh, conocido como la Gran Comisión, presenta a Maran Yeshúa impartiendo sus instrucciones finales a sus talmidim antes de su ascensión, un evento que resuena poderosamente con la despedida de Moshéh. Al igual que Moshéh transfiere la autoridad a Yehoshúa y asegura al pueblo la presencia continua de Adonái, Yeshúa HaMashíaj transfiere su autoridad a sus discípulos y les promete su propia presencia ininterrumpida. La frase clave “he aquí, Yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo” (ܘܗܳܐ ܐܶܢܳܐ ܥܰܡܟ݂ܽܘܢ ܐܶܢܳܐ ܟܽܠܗܽܘܢ ܝܰܘܡܳܬܳܐ ܥܕ݂ܰܡܳܐ ܠܫܽܘܠܳܡܶܗ ܕܥܳܠܡܳܐ – w’ha ena amkun ena kulhun yawmate adama lšulam’h d’alma) es un eco directo de Deuteronomio 31:6, donde Moshéh asegura a Yisra’el que “Adonái tu Elohím, Él es quien va contigo; no te dejará ni te abandonará.”

Moshéh era el mediador de la Torah, y su partida marcaba el fin de una era. Yeshúa HaMashíaj, como el Mashíaj prometido, inaugura una nueva era, la Brit Hadasháh, donde Él mismo es la Torah viviente. Su comisión a los talmidim no es solo una expansión geográfica del mensaje, sino una proclamación del Reino de Elohím que se extiende a todas las naciones. La autoridad de Yeshúa “en el cielo y en la tierra” supera la autoridad delegada de Moshéh y Yehoshúa, afirmando Su soberanía universal como Rey del Reino de los Cielos.

Textos apócrifos y pseudepigráficos como el “Testamento de Moshéh” o el “Libro de los Jubileos” a menudo exaltan la figura de Moshéh, previendo su papel como profeta que anunciaría una nueva era. Sin embargo, en Yeshúa HaMashíaj vemos la consumación de estas profecías, donde la ley no es abolida, sino cumplida y llevada a su plenitud a través de Su sacrificio y resurrección. Moshéh preparó al pueblo para entrar en una tierra física; Maran Yeshúa prepara a sus discípulos para heredar un reino eterno, guiándolos con Su Ruaj HaKodesh y Su presencia perpetua, trascendiendo las limitaciones geográficas y temporales.

4. Contexto Histórico

El pasaje de Deuteronomio 31:1-6 se sitúa en un momento crucial de la historia de Yisra’el: el final de los cuarenta años de peregrinación en el desierto y la inminente entrada a la Tierra Prometida de Kena’an. Moshéh, con 120 años de edad, se encuentra al borde del río Yardén, con la visión de la tierra ante él, pero con la prohibición divina de entrar en ella (Deuteronomio 3:27, 34:4). Este es el clímax de su liderazgo, donde debe transferir la batuta a Yehoshúa ben Nun, su sucesor.

Históricamente, Moshéh fue la figura central de la liberación de Egipto, la recepción de la Torah en Har Sinái, y la guía del pueblo a través del desierto. Su liderazgo no solo fue militar y político, sino fundamentalmente espiritual, actuando como el principal mediador entre HaShem y Yisra’el. La cultura de la época, tal como se refleja en la Torah, enfatizaba la autoridad divina transmitida a través de líderes designados, la obediencia a los mandamientos de Elohím, y la conciencia de que la nación de Yisra’el era un pueblo escogido con un propósito divino.

Los eventos previos incluyen las victorias sobre Siḥón y Og, los reyes amorreos del Transjordania, que se mencionan explícitamente en el verso 4 como un recordatorio del poder de Adonái. Estos eventos sirvieron para infundir confianza en el pueblo y validar el liderazgo de Moshéh y la promesa de Adonái. La arqueología, aunque no puede confirmar directamente eventos narrativos específicos de la Torah como la figura de Moshéh, sí proporciona un contexto general de las culturas y pueblos cananeos, amorreos, y egipcios de la Edad del Bronce tardía, corroborando la existencia de imperios y ciudades-estado en la región que concuerdan con el escenario bíblico de la conquista. Moshéh, en este pasaje, no solo se despide de una generación, sino que establece las bases para la siguiente fase de la historia de Yisra’el bajo un nuevo liderazgo, siempre dependiente de la fidelidad de Adonái.

5. Comentarios Proféticos

El discurso de despedida de Moshéh en Vayelej es profundamente profético, resonando a través de los siglos hasta la llegada del Reino de Yeshúa HaMashíaj. Moshéh, el gran profeta y legislador, se presenta aquí en su papel final, prefigurando la obra de Maran Yeshúa. Su incapacidad para entrar en la Tierra Prometida simboliza la limitación de la Torah y de la ley sin la gracia y la intervención divina directa. Moshéh representa el Pacto Antiguo, que guía y revela el pecado, pero no puede llevar plenamente a la herencia eterna. Yehoshúa, cuyo nombre significa “Adonái es salvación” y es el mismo nombre que Yeshúa, es el que introducirá al pueblo en la tierra física, una sombra de Yeshúa HaMashíaj quien introduce a Su pueblo en el verdadero Reino de los Cielos, la herencia espiritual y eterna.

La promesa de Adonái: “Él es quien va contigo; no te dejará ni te abandonará” (Deuteronomio 31:6), es una profecía del Mesías mismo. Yeshúa HaMashíaj es la presencia constante de Elohím con Su pueblo, el “Emmanuel” (El con nosotros). Él es el cumplimiento de la promesa de un profeta como Moshéh (Deuteronomio 18:15), pero aún mayor, porque no solo habla las palabras de Elohím, sino que es la Palabra hecha carne.

En los últimos días, esta conexión se intensifica. La Aliyá de Vayelej nos recuerda que, a pesar de las transiciones de liderazgo humano y los desafíos venideros, la fidelidad de Elohím permanece inquebrantable. Para el Reino de Yeshúa HaMashíaj, esto significa que, aunque los líderes puedan ir y venir, la autoridad y la presencia de Maran Yeshúa son eternas. Su Reino no es un territorio físico, sino una esfera espiritual donde Su soberanía es absoluta, y Él mismo es el garante de la victoria final y la herencia para todos Sus discípulos. La exhortación a “ser fuertes y valientes” resuena para los creyentes de hoy, quienes enfrentan desafíos espirituales mientras esperan la plena manifestación del Reino de Elohím, confiando en que Yeshúa HaMashíaj va con ellos y nunca los abandonará.

6. Análisis Profundo

El pasaje de Deuteronomio 31:1-6, aunque breve, es denso en significado teológico y emocional. Moshéh, el líder que ha guiado a Yisra’el durante cuarenta años, pronuncia su discurso final.

La frase inicial, וַיֵּלֶךְ מֹשֶׁה (Va-ye-lekh Mo-šeh), “Y Moshéh fue”, es enigmática. El Midrashim Rabbah, particularmente Devarim Rabbah, sugiere que “fue” no se refiere a un movimiento físico a un lugar nuevo, sino a Moshéh “yendo” a sus propias profundidades o “yendo” entre el pueblo para hablarles por última vez. Algunos comentan que “fue” también puede implicar que se “apartó” o se “retiró” en su espíritu para prepararse para la transición. Su acto de ir a hablar con todo Yisra’el enfatiza su responsabilidad final y su amor por su pueblo.

El reconocimiento de su edad, “בֶּן מֵאָה וְעֶשְׂרִים שָׁנָה אָנֹכִי הַיּוֹם” (ben me-ah ve-eś-rim ša-nah a-no-khi ha-yom) – “hijo de cien y veinte años yo hoy”, establece su longevidad y la plenitud de su vida, pero también sus limitaciones. La declaración “לֹא אוּכַל עוֹד לָצֵאת וְלָבוֹא” (lo u-khal od la-ṣet ve-la-vo) – “no podré más salir y entrar”, no solo habla de su capacidad física sino de su autoridad divina para liderar el pueblo militar y políticamente. El Targum Onqelos parafrasea esta línea para indicar que “no tengo permiso para continuar liderando”. Esta es una admisión de la soberanía de Adonái sobre el liderazgo humano.

La clave de la transición reside en la afirmación de la fidelidad de Adonái: “יְהוָה אֱלֹהֶיךָ הוּא עֹבֵר לְפָנֶיךָ” (Adonái Elo-he-kha hu o-ver le-fa-ne-kha) – “Adonái tu Elohím, Él pasando delante de ti”. Esta es la seguridad primordial, que Adonái mismo es el verdadero líder. La promesa se extiende a la victoria sobre los goyim, “הוּא יַשְׁמִיד אֶת הַגּוֹיִם” (hu yaš-mid et ha-go-yim) – “Él destruirá las naciones”, y a la herencia de la tierra. Yehoshúa es nombrado explícitamente como el líder humano que irá delante de ellos, pero su autoridad deriva de la presencia de HaShem.

La exhortación final, “חִזְקוּ וְאִמְצוּ” (Ḥiz-qu ve-im-ṣu) – “Sed fuertes y sed valientes”, es un leitmotiv en la Torah en momentos de gran desafío. Es un llamado a la confianza en Elohím, no en la propia fuerza. El Targum Yonatan expande estas palabras a menudo, añadiendo matices de fe y perseverancia en la Torah. La promesa “לֹא יַרְפְּךָ וְלֹא יַעַזְבֶךָּ” (lo yar-pe-kha ve-lo ya-az-ve-ka) – “no te dejará y no te abandonará”, es el fundamento de toda la seguridad de Yisra’el, una verdad que resuena profundamente en el Reino de Yeshúa HaMashíaj.

7. Tema Relevante

El tema central y la enseñanza más relevante de esta Aliyá es la fidelidad inquebrantable de Elohím a pesar de la transición del liderazgo humano.

Moshéh, el más grande de los profetas, está a punto de dejar al pueblo, un evento que naturalmente generaría ansiedad e incertidumbre. Sin embargo, su discurso no se centra en su propia partida o en la pérdida que implica, sino en la continuidad y la estabilidad que provienen directamente de HaShem. Él enfatiza que “Adonái tu Elohím, Él es quien va delante de ti” (Deuteronomio 31:3). Esto trasciende la figura de cualquier líder terrenal. La designación de Yehoshúa como sucesor no minimiza el rol de Moshéh, sino que subraya que la verdadera guía y el poder para conquistar vienen de Elohím.

Este principio es vital para los discípulos de Mashíaj en el Reino de los Cielos. En nuestra jornada, experimentaremos cambios, pérdidas y transiciones en el liderazgo y en las circunstancias de la vida. Sin embargo, la esencia del Reino de Elohím es que su Rey, Yeshúa HaMashíaj, permanece inmutable. Él no está limitado por la mortalidad humana o por las fronteras terrenales. La promesa “no te dejará ni te abandonará” (Deuteronomio 31:6) se cumple de manera plena en Maran Yeshúa, quien aseguró a sus discípulos: “Yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo” (Matityahu 28:20).

En el Reino de los Cielos, la confianza no se deposita en la persona de un líder, por más ungido que esté, sino en el Mashíaj viviente. La exhortación “Sed fuertes y sed valientes” no es una invitación a la autosuficiencia, sino un llamado a la valentía que surge de la seguridad en la presencia y el poder de Adonái. Esta enseñanza nos capacita para enfrentar los desafíos de nuestro tiempo con confianza, sabiendo que el Rey del Reino es fiel y su propósito se cumplirá a través de nosotros, Sus talmidim, mientras Él nos precede y nos acompaña en cada paso.

8. Descubriendo a Mashíaj

El pasaje de la despedida de Moshéh es un espejo profético que nos permite vislumbrar aspectos cruciales de la vida y obra de Yeshúa HaMashíaj y la naturaleza de Su Reino de los Cielos.

1. El Sucesor que Conduce a la Herencia: Moshéh, aunque un gran libertador y mediador, no pudo llevar al pueblo a la Tierra Prometida. Yehoshúa, cuyo nombre en hebreo (יְהוֹשֻׁעַ) es la raíz de Yeshúa (יֵשׁוּעַ), fue el elegido para esa tarea. Esta transición apunta a Yeshúa HaMashíaj. Moshéh representa la Torah que nos guía y nos muestra el camino, pero es Yeshúa quien nos introduce en la verdadera herencia, el Reino de Elohím, no una tierra física, sino la comunión plena con HaShem y la vida eterna. El “Libro de los Jubileos” y el “Testamento de Moshéh” a menudo exploran el futuro de Yisra’el bajo la guía de Adonái, y Moshéh es presentado como el profeta que anuncia el camino a seguir, preparando así el terreno para un Ungido venidero.

2. La Presencia Permanente de Elohím: Las palabras de Moshéh en Deuteronomio 31:6, “Adonái tu Elohím, Él es quien va contigo; no te dejará ni te abandonará”, encuentran su más glorioso cumplimiento en Yeshúa HaMashíaj. En Su partida física, Yeshúa no abandona a Sus discípulos, sino que promete la venida del Ruaj HaKodesh y Su propia presencia espiritual continua: “Yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo” (Matityahu 28:20). Él es el cumplimiento de la promesa de la compañía divina, la manifestación misma de la fidelidad de Elohím.

3. El Mandato Mesiánico y la Autoridad: Moshéh, al designar a Yehoshúa y dar sus últimas instrucciones, demuestra la transferencia de una autoridad delegada. Yeshúa HaMashíaj, en cambio, declara: “Toda autoridad me ha sido dada en el cielo y en la tierra” (Matityahu 28:18). Esta es la autoridad soberana de Mashíaj sobre el Reino de los Cielos, una autoridad que no es delegada sino inherente a Su ser divino. Es bajo esta autoridad que Sus discípulos son comisionados para extender el Reino.

4. La Lucha Espiritual: La exhortación a “Sed fuertes y sed valientes; no temáis ni os amedrentéis de ellos” (Deuteronomio 31:6) es un llamado a la fe frente a los enemigos externos. En el Reino de Yeshúa HaMashíaj, esta batalla se eleva a un plano espiritual. Los discípulos son llamados a ser valientes frente a las fuerzas de la oscuridad y las adversidades del mundo, confiando en la victoria ya asegurada por Maran Yeshúa sobre todo poder y principado. Así, Moshéh, en su despedida, nos apunta al Mesías que no solo nos conduce a la herencia, sino que es la herencia misma, la presencia eterna y el poder victorioso en el Reino de los Cielos.

9. Midrashim y Targumim

El pasaje de Moshéh despidiéndose del pueblo en Deuteronomio 31:1-6 ha sido objeto de rica interpretación en los Midrashim y Targumim, que buscan profundizar en el significado de estas palabras finales del gran líder.

Midrashim:

El Devarim Rabbah (Parashá Vayelej 9:3) comenta sobre el verso inicial, “וַיֵּלֶךְ מֹשֶׁה” (Va-ye-lekh Mo-šeh – Y Moshéh fue). El Midrash pregunta: ¿A dónde fue Moshéh? ¿Acaso no estaba ya entre ellos? La respuesta es que Moshéh “fue” en el sentido de que puso toda su energía y atención en el pueblo, despojándose de toda otra preocupación, como si estuviera caminando en sus corazones. Otro comentario del Devarim Rabbah (9:9) explica que la frase “no podré más salir y entrar” no se refiere a una debilidad física, sino a que “el decreto de Adonái me ha privado del derecho de lideraros”. Moshéh aceptó humildemente el decreto divino, priorizando la voluntad de HaShem sobre su propio deseo de entrar a la tierra. El Midrash también enfatiza la compasión de Moshéh, que incluso en sus últimos momentos, se preocupaba por el liderazgo futuro del pueblo y su obediencia a la Torah.

Targumim:

Los Targum Onqelos y Targum Yonatan ben Uziel ofrecen paráfrasis que, aunque fieles al texto, a menudo lo amplifican con un tono más didáctico y teológico.

* Deuteronomio 31:2: El Targum Onqelos parafrasea “לֹא אוּכַל עוֹד לָצֵאת וְלָבוֹא” (lo u-khal od la-ṣet ve-la-vo) como “ya no tengo la capacidad para guiaros y conduciros”. Esto confirma la interpretación de que no se trata de una incapacidad física, sino de una cesación de la autoridad de liderazgo otorgada por Adonái. El Targum Yonatan añade que “ya no estoy destinado a lideraros en la batalla y a enseñaros la Torah”, lo que resalta las dos funciones principales de Moshéh que estaban terminando.

* Deuteronomio 31:3: Respecto a “Adonái tu Elohím, Él es quien va delante de ti”, el Targum Onqelos aclara que “La Palabra de Adonái tu Elohím Él es quien te conduce”. Esta expresión “La Palabra de Adonái” (מֵימְרָא דַיְיָ – Memra d’Adonái en arameo) es una circumlocución teológica frecuente en los Targumim para referirse a la manifestación activa de Elohím en el mundo, sin antropomorfizar a la Divinidad. Este “Memra” es visto como una prefiguración de Yeshúa HaMashíaj, la Palabra viviente de Elohím. El Targum Yonatan enfatiza la destrucción de los “gigantes” de los pueblos cananeos por parte de Adonái, reforzando la confianza en el poder divino.

* Deuteronomio 31:6: En la exhortación “חִזְקוּ וְאִמְצוּ” (Ḥiz-qu ve-im-ṣu – Sed fuertes y sed valientes), el Targum Onqelos traduce como “sed fuertes en la Torah y sed valientes en los mandamientos”. Esta interpretación espiritualiza el mandamiento, llevándolo de una valentía militar a una fortaleza en la observancia divina, crucial para la vida en la Tierra Prometida y para los discípulos del Reino de los Cielos.

Estos Midrashim y Targumim no solo aclaran el texto, sino que lo enriquecen, infundiendo en él lecciones morales, teológicas y proféticas sobre la naturaleza de la guía divina y la importancia de la fidelidad a HaShem, preparando el terreno para la comprensión del papel de Yeshúa HaMashíaj.

10. Mandamientos

De esta primera Aliyá de Parashá Vayelej, podemos extraer varios mandamientos o principios de vida esenciales para los discípulos de Mashíaj en el Reino de los Cielos:

1. Confiar en la Presencia Continua de Elohím: El mandamiento implícito más importante es el de la confianza en la fidelidad de Adonái. Moshéh asegura al pueblo que “Adonái tu Elohím, Él es quien va contigo; no te dejará ni te abandonará” (Deuteronomio 31:6). Para los discípulos de Mashíaj, esto se traduce en vivir con la certeza de que Yeshúa HaMashíaj, por medio del Ruaj HaKodesh, está perpetuamente presente en sus vidas. No debemos temer las transiciones o las incertidumbres, porque el Rey del Reino de los Cielos nunca nos abandona.

2. Ser Fuertes y Valientes en la Fe: La exhortación “חִזְקוּ וְאִמְצוּ” (Ḥiz-qu ve-im-ṣu) – “Sed fuertes y sed valientes” (Deuteronomio 31:6) – es un llamado a la fortaleza espiritual. No es una fuerza basada en la capacidad humana, sino en la confianza en el poder de Elohím. En el Reino de los Cielos, esto implica enfrentar los desafíos espirituales, morales y existenciales con coraje, sabiendo que Yeshúa HaMashíaj ya ha vencido al mundo y nos capacita para superar cualquier obstáculo en obediencia a Él.

3. Honrar y Apoyar el Liderazgo Designado por Elohím: Aunque el verdadero líder es Adonái, Él usa a personas para guiar a Su pueblo. Moshéh transfiere el liderazgo a Yehoshúa. Esto nos enseña a respetar y apoyar a aquellos que HaShem ha puesto en posiciones de liderazgo en el Reino de los Cielos, siempre y cuando su liderazgo esté alineado con la Torah y el ejemplo de Maran Yeshúa. La transición no debe ser motivo de división, sino de unidad bajo la dirección divina.

4. Enseñar y Guardar la Torah de Adonái: Implícitamente, al despedirse Moshéh y al recordar los mandamientos, se refuerza la importancia de la Torah. Los discípulos de Yeshúa HaMashíaj están llamados a estudiar, comprender y vivir la Torah, que en su plenitud se revela en Yeshúa. La obediencia a los principios del Reino de los Cielos, que son la esencia de la Torah, es fundamental para una vida justa y piadosa.

Estos principios, arraigados en la confianza en HaShem y expresados a través de la fe, la valentía y la obediencia, son pilares para una vida fructífera en el Reino de Yeshúa HaMashíaj.

11. Preguntas de Reflexión

1. Moshéh se despide, enfatizando que Adonái va delante del pueblo. ¿Cómo la certeza de que Yeshúa HaMashíaj va “delante de nosotros” y está “con nosotros” nos capacita para enfrentar los desafíos y transiciones de la vida en el Reino de los Cielos, y qué pasos podemos tomar para vivir más conscientemente en Su presencia?

2. La exhortación “Sed fuertes y sed valientes” es central. ¿En qué áreas de tu vida como discípulo de Mashíaj sientes la necesidad de mayor fortaleza y valentía? ¿Cómo la dependencia del Ruaj HaKodesh te empodera para superar el temor y la intimidación en la extensión del Reino de Elohím?

3. Moshéh, el gran líder, no pudo entrar en la Tierra Prometida, sino que Yehoshúa fue quien la introdujo. ¿Qué nos enseña esta transición sobre las limitaciones del liderazgo humano y la necesidad de Yeshúa HaMashíaj como nuestro definitivo y eterno líder, que nos introduce en el Reino espiritual y eterno?

12. Resumen

Esta primera Aliyá de Parashá Vayelej relata la emotiva despedida de Moshéh, el líder que guio a Yisra’el por cuarenta años, al cumplir 120 años y prepararse para el paso de liderazgo a Yehoshúa. El pasaje subraya la fidelidad inquebrantable de Adonái, quien promete ir delante de Su pueblo, destruir a sus enemigos y entregarles la tierra. Moshéh exhorta a Yisra’el a “ser fuertes y valientes”, recordándoles que HaShem nunca los abandonará. Proféticamente, esta despedida prefigura la transición de la ley a la gracia en Yeshúa HaMashíaj, quien como el verdadero “Yehoshúa” nos introduce en el Reino de los Cielos, asegurando Su presencia perpetua y Su victoria sobre todo obstáculo, llamando a Sus discípulos a vivir con valentía en Su soberanía y propósito.

13. Tefiláh (Oración)

Oh, Elohím de Avraham, Yitzḥak y Yaakov, Adonái de toda la creación, te agradecemos por Tu fidelidad inquebrantable manifestada a través de las generaciones, desde Moshéh hasta Maran Yeshúa HaMashíaj. Reconocemos que eres Tú quien va delante de nosotros, el Rey soberano de nuestro Reino de los Cielos, y que Tu presencia es nuestra verdadera herencia. Fortalécenos, te rogamos, con Tu Ruaj HaKodesh, para ser valientes en la fe y en la obediencia a Tu Torah viviente, Yeshúa, sabiendo que Él nunca nos dejará ni nos abandonará. Que nuestro vivir sea un testimonio de Tu Reino venidero, en el nombre poderoso de Yeshúa HaMashíaj. Amén.

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