Leer o Descargar PDF - Parashá 53 Haazinu (האזינו) – Aliyah 3

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Aliyáh 3: (Deuteronomio 32:13-18) La prosperidad de Israel y su consiguiente olvido y rebelión contra Elohím.
Haftaráh: Jeremías 2:4-13 (La infidelidad de Israel a pesar de la bondad de Elohím).
Brit Hadasháh: 1 Corintios 10:6-11 (Advertencias sobre la desobediencia de Israel como ejemplos para los creyentes).

Tema: La ira de Adonái יְהוָה

1. Texto Hebreo Interlineal

Pasaje: Deuteronomio 32:19-32:27

Texto Hebreo OriginalFonética TiberianaTraducción Palabra por PalabraTraducción Literal del Verso
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וַיַּרְא יְהוָהVa-yar AdonáiY-vio HaShemY vio HaShem,
וַיִּנְאָץva-yi-na’atzy-aborrecióy aborreció
מִכַּעַסmi-ka’asde-irapor la ira
בָּנָיוba-navhijos-suyosde sus hijos
וּבְנֹתָיו׃u-ve-no-tav.y-hijas-suyas.y de sus hijas.
וַיֹּאמֶרVa-yo-merY-dijoY dijo:
אַסְתִּירָהas-ti-rahEsconderé“Esconderé
פָנַיfa-naycara-míaMi rostro
מֵהֶםme-hemde-ellosde ellos,
אֶרְאֶהer-eVeréveré
מָהmahquécuál
אַחֲרִיתָםa-ḥa-ri-tamfinal-ellosserá su fin,
כִּיkiporqueporque
דּוֹרdorgeneraciónuna generación
תַּהְפֻּכֹתtah-pu-khotde-perversionesde perversiones
הֵמָּהhe-mahellosson ellos,
בָּנִיםba-nimhijoshijos
לֹאlonono
אֵמֻןe-munlealtadlealtad
בָּם׃ba-m.en-ellos.en quienes no hay.”
הֵםHemEllosEllos
קִנְאוּנִיqin-e-u-nime-provocaron-a-celosme provocaron a celos
בְלֹאve-locon-nocon lo que no es
אֵלelelElohím,
כִּעֲסוּנִיki-a-su-nime-irritaronme irritaron
בְּהַבְלֵיהֶםbe-hav-le-hemcon-sus-vanidadescon sus vanidades;
וַאֲנִיva-a-niy-Yoy Yo
אַקְנִיאֵםaq-ni-emlos-provocaré-a-celoslos provocaré a celos
בְּלֹאbe-locon-nocon un no-
עָםampueblopueblo,
בְּגוֹיbe-goycon-nacióncon una nación
נָבָלna-valnecianecia
אַכְעִיסֵם׃akh-i-sem.los-irritaré.los irritaré.”
כִּיKiPorquePorque
אֵשׁeshfuegoun fuego
קָדְחָהqad-ḥahardióha ardido
בְאַפִּיve-a-pien-ira-míaen Mi ira,
וַתִּיקַדva-ti-qady-se-encendióy ha consumido
עַדadhastahasta
שְׁאוֹלshe-olSheolel Sheol
תַּחְתִּיתtaḥ-titprofundomás profundo,
וַתֹּאכַלva-to-khaly-devoróy ha devorado
אֶרֶץeretztierrala tierra
וִיבֻלָהּvi-vu-lay-sus-productosy su producto,
וַתְּלַהֵטva-te-la-hety-quemóy ha quemado
מוֹסְדֵיmo-se-decimientoslos cimientos
הָרִים׃ha-rim.de-montes.de los montes.
אַסְפֶּהAs-pehAmontonaréAmontonaré
עָלֵימוֹa-le-mosobre-ellossobre ellos
רָעוֹתra-otmalesmales;
חִצַּיḥi-ṣayflechas-míasMis flechas
אֲכַלֶּהa-kha-lehagotaréagotaré
בָּם׃ba-m.en-ellos.en ellos.
מְזֵיMe-zeConsumidos-porConsumidos por
רָעָבra-avhambrehambre
וְלֶחֶםve-le-ḥemy-pany abrasados por
רֶשֶׁףre-šefde-fiebrefiebre
וְקֶטֶבve-qe-ṭevy-pestey peste
מְרִירִיme-ri-riamargaamarga,
וְשֶׁןve-šeny-dientey diente
בְּהֵמוֹתbe-he-motde-bestiasde bestias
אֲשַׁלַּחa-ša-laḥenviaréenviaré
בָּםba-men-ellossobre ellos,
עִםimconcon
חֲמַתḥa-matvenenoveneno
זֹחֲלֵיzo-ḥa-lede-reptilesde reptiles
עָפָר׃a-far.de-polvo.del polvo.
מִחוּץMi-ḥutzDe-fueraDe fuera,
תְּשַׁכֶּלte-ša-kelmatarála espada matará;
חֶרֶבḥe-revespada
וּמֵחֲדָרִיםu-me-ḥa-da-rimy-de-aposentosy de los aposentos,
אֵימָהe-mahterrorel terror;
גַּםgamtambiéntambién
בָּחוּרba-ḥurjovenal joven,
גַּםgamtambiéntambién
בְּתוּלָהbe-tu-lahvirgena la virgen,
יוֹנֵקyo-neqlactanteal lactante
עִםimconcon
אִישׁishhombreel hombre
שֵׂיבָה׃se-vah.anciano.anciano.
אָמַרְתִּיA-mar-tiDijeDije:
אַפְאֵיהֶםaf-e-hemLos-dispersaría“Los dispersaría,
אַשְׁבִּיתָהash-bi-tahHaría-cesarharía cesar
מֵאֱנוֹשׁme-e-noshde-humanidadde entre la humanidad
זִכְרָם׃zikh-ram.su-recuerdo.su recuerdo.”
לוּלֵיLu-leSi-noSi no fuera
כַּעַסkha’asirapor la ira
אוֹיֵבo-yevde-enemigodel enemigo,
אָגוּרa-gurme-temeríame lo temería,
פֶּןpenpara-que-nono sea que
יְנַכְּרוּye-nakh-ruse-comportaran-extrañamentesus adversarios se comporten extrañamente;
צָרֵימוֹtsa-re-mosus-adversarios
פֶּןpenpara-que-nono sea que
יֹאמְרוּyo-me-rudijerandijeran:
יָדֵינוּya-de-numanos-nuestras‘Nuestra mano
רָמָהra-mahse-alzaronse alzó,
וְלֹאve-loy-noy no
יְהוָהAdonáiAdonáiHaShem
פָּעַלpa-alobróobró
כָּלkoltodotodo
זֹאת׃zot.esto.esto.'”

2. Haftaráh

Pasaje: 2 Samuel 22:1-51 (énfasis en 2 Samuel 22:8-15)

Análisis: La Haftaráh de Parashá Haazinu es el majestuoso cántico de David HaMelej en 2 Samuel 22, donde celebra la liberación de HaShem de manos de todos sus enemigos. Aunque el contexto primario es la salvación de David, el pasaje revela la magnitud del poder y la ira de Elohím contra los adversarios de Sus siervos, resonando con la advertencia de Moshéh en la Aliyá.

En particular, 2 Samuel 22:8-15 describe la manifestación cósmica de la ira de Elohím. Versículos como “וַיִּגְעַשׁ וַתִּרְעַשׁ הָאָרֶץ מוֹסְדֵי שָׁמַיִם יִרְגָּזוּ וַיִּתְרֹעָשׁוּ כִּי חָרָה לוֹ” (Va-yi-ga’ash va-ti-ra’ash ha-aretz mo-se-de sha-ma-yim yir-ga-zu va-yi-ti-ra-a-shu ki ḥa-rah lo – Entonces la tierra se estremeció y tembló; los cimientos de los cielos se conmovieron y se sacudieron, porque Él se airó) y “עָלָה עָשָׁן בְּאַפּוֹ וְאֵשׁ מִפִּיו תֹּאכֵל גֶּחָלִים בָּעֲרוּ מִמֶּנּוּ” (A-lah a-shan be-a-po ve-esh mi-pi-v to-khel ge-ḥa-lim ba-a-ru mi-me-nu – Subió humo de Su nariz, y de Su boca un fuego devorador; carbones encendidos salieron de Él) espejan la descripción de la ira de HaShem en Deuteronomio 32:22: “כִּי אֵשׁ קָדְחָה בְאַפִּי וַתִּיקַד עַד שְׁאוֹל תַּחְתִּית” (Ki esh qad-ḥah ve-a-pi va-ti-qad ad she-ol taḥ-tit – Porque un fuego ha ardido en Mi ira, y ha consumido hasta el Sheol más profundo). Ambas descripciones utilizan la poderosa imaginería del fuego y del temblor de la tierra para ilustrar la furia divina.

El Midrash Tanhuma (Haazinu 5) comenta sobre la ira de HaShem, diciendo que así como Él es lento para la ira, cuando esta se desata es terrible. Conecta la ira descrita en la Torah con la que se manifiesta contra los enemigos de Israel, pero también contra el propio Israel cuando se desvía. El Targum Yonatan sobre 2 Samuel 22:9 amplifica la descripción del fuego divino, interpretándolo como una fuerza destructora que consume la idolatría y la maldad. Esta Haftaráh, por tanto, no solo es un himno de alabanza por la liberación, sino también un recordatorio de la formidable ira de Elohím, una fuerza que, aunque usada para proteger a David, es la misma que se cierne sobre Israel en Deuteronomio 32 debido a su apostasía. La conexión es clara: la misma mano poderosa que salva es la que juzga.

3. Brit Hadasháh (Arameo)

Pasaje: Romanos 1:18-32 (Brit Hadasháh Peshitta)

Análisis: El concepto de la ira de Elohím revelada contra la impiedad y la injusticia humana es un pilar fundamental tanto en la Torah como en la Brit Hadasháh. El apóstol Sha’ul, en su carta a los Romanos, expone una teología que resuena profundamente con la Aliyá 3 de Haazinu. Romanos 1:18 declara: “ܡܶܛܽܠ ܕ݁ܶܐܬ݂ܓ݁ܠܺܝܬ݂ ܚܶܡܬ݂ܳܐ ܕ݁ܰܐܠܳܗܳܐ ܡܶܢ ܫܡܰܝܳܐ ܥܰܠ ܟ݁ܽܠܗܽܘܢ ܪܽܫܥܰܝܗܽܘܢ ܘܥܰܠ ܟ݁ܽܠܗܽܘܢ ܥܰܘܠܰܝܗܽܘܢ ܕ݁ܰܒ݂ܢܰܝ ܐ݈ܢܳܫܳܐ ܗܳܢܽܘܢ ܕ݁ܰܫܪܳܪܳܐ ܒ݁ܰܥܘܠܳܐ ܐܳܚܕ݁ܺܝܢ” (Meṭol de-etgleyat ḥemta da-Alaha men shamaya al kulhun ruš’ayhun wa-al kulhun awlayhun da-bnay anasha hanun da-šrara ba-‘awla ahdin).

Esto se traduce como: “Porque la ira de Elohím es revelada desde el cielo sobre toda impiedad y toda injusticia de los hombres, aquellos que por injusticia retienen la verdad”.

Este pasaje es un eco directo de Deuteronomio 32:19-21, donde HaShem ve la iniquidad de Su pueblo, su adoración a “no-elohim” y “vanidades”, y Su ira se enciende. Sha’ul describe la progresión de la apostasía: la supresión de la verdad, la adoración de la creación en lugar del Creador, y la consecuencia divina de ser “entregados” (ܘܐܰܫܠܶܡ ܐܶܢܽܘܢ ܐܰܠܳܗܳܐ – wa-ašlem enun Alaha, Romanos 1:24) a la impureza y a las pasiones degradantes. Esta entrega de Elohím es el “esconderé Mi rostro” (אַסְתִּירָה פָנַי – astirah fanay) de Deuteronomio 32:20, una retirada de Su protección y favor que permite que las consecuencias naturales del pecado se manifiesten plenamente.

La conexión con el Reino de Yeshúa HaMashíaj es profunda. La ira de Elohím, descrita en ambos testamentos, es una realidad contra la cual Yeshúa HaMashíaj ofrece refugio. Él es el Mashíaj prometido que intercede para que la ira no consuma por completo a Su pueblo. Textos apócrifos como 2 Esdras (4 Ezra) 7:70-74 y 8:50-54 lamentan la incapacidad humana de escapar de la justicia divina, pero también expresan la esperanza de la misericordia para aquellos que guardan la Torah, a la espera del Mesías. La llegada de Maran Yeshúa significa que, aunque la ira de Elohím es justa y necesaria para purificar Su Reino, en Él hay redención y un camino para escapar de esa ira, a través de la obediencia y la fe en Su sacrificio. Los que viven en el Reino de los Cielos bajo la autoridad de Yeshúa HaMashíaj reconocen la seriedad de la ira divina y buscan vivir en rectitud, sabiendo que Yeshúa es tanto el cordero que quita el pecado como el león de Yehudá que ejecutará el juicio final.

4. Contexto Histórico

El pasaje de Deuteronomio 32:19-27 forma parte de la “Canción de Moshéh” (שִׁירַת הַאֲזִינוּ – Širat Haazinu), un sermón poético pronunciado por Moshéh poco antes de su muerte, a la vista de la Tierra Prometida. El pueblo de Israel está acampando en las llanuras de Moav, después de cuarenta años de peregrinación por el desierto. La generación que salió de Mitzrayim había perecido en su incredulidad y rebeldía, y ahora una nueva generación estaba a punto de entrar en Kena’an. Moshéh, sabiendo que también esta generación y las futuras se desviarían, les entrega este cántico como un testimonio profético y una advertencia solemne.

Culturalmente, el discurso de Moshéh se inscribe en el marco de los tratados de vasallaje del Cercano Oriente Antiguo, donde un rey soberano (HaShem) establece un pacto con su vasallo (Israel), delineando bendiciones por la obediencia y maldiciones por la desobediencia. La “ira de YHWH” no es un arrebato incontrolable, sino una respuesta justa y soberana a la violación del pacto. La adoración de “no-elohim” (ídolos) era una práctica común entre las naciones circundantes, y la canción advierte sobre la inevitable atracción de Israel hacia estas abominaciones, a pesar de las maravillas que HaShem había realizado por ellos.

Los personajes principales son Moshéh, como portavoz de HaShem, y el pueblo de Israel, el destinatario de la advertencia. Los eventos que preceden a esta profecía incluyen el incidente del Becerro de Oro, la rebelión de Qoraḥ, la adoración a Ba’al Pe’or, y las constantes quejas y murmuraciones que marcaron la historia de Israel en el desierto, demostrando la “generación de perversiones” (דּוֹר תַּהְפֻּכֹת – dor tahpukhot) a la que se refiere el pasaje (Deuteronomio 32:20). Moshéh está presentando un resumen de su historia pasada y prediciendo su futuro, con la esperanza de que estas palabras sirvan como un recordatorio constante de las consecuencias de la apostasía y la fidelidad de HaShem a Sus juicios. Arqueológicamente, los descubrimientos de altares cananeos y figuras de deidades como Ba’al y Asherah confirman la prevalencia de la idolatría en la región, lo que hace que las advertencias de Moshéh sean aún más pertinentes en su contexto.

5. Comentarios Proféticos

La ira de HaShem, como se describe en esta Aliyá, es una verdad eterna que trasciende el tiempo, anunciando el juicio divino sobre la impiedad no solo para el Israel antiguo, sino para toda la humanidad, especialmente para aquellos que se desvían del camino del Reino de Yeshúa HaMashíaj. La profecía de Moshéh de que HaShem “esconderá Mi rostro” (אַסְתִּירָה פָנַי – astirah fanay) es un presagio de los tiempos en que la presencia de Elohím se retiraría, llevando a la dispersión y al sufrimiento de Israel, un patrón que se repitió a lo largo de la historia y que culminó en la destrucción del Segundo Templo y la diáspora.

Sin embargo, esta ira no es el fin de la historia. Las profecías mesiánicas revelan que HaShem, en Su soberana justicia, usará la ira para purificar y preparar el camino para la redención final. Yesha’yahu HaNavi (Isaías 54:8) habla de un momento en que HaShem escondió Su rostro por un breve momento, pero con gran misericordia los reunirá. Esta promesa apunta directamente a la obra de Yeshúa HaMashíaj.

En la era actual, la advertencia contra la idolatría y la perversión resuena con una nueva urgencia. Las “vanidades” (הַבְלֵיהֶם – havlehem) de hoy pueden no ser estatuas de piedra, sino la adoración del materialismo, la tecnología, el ego o cualquier cosa que usurpe el lugar de Elohím en nuestros corazones. La “ira de Elohím” se manifiesta en las consecuencias morales y espirituales de estas desviaciones, la desintegración de las sociedades y la pérdida de la verdadera paz.

La visión profética del Reino de Yeshúa HaMashíaj es que Él ha venido para soportar la plenitud de esa ira por aquellos que creen en Él, ofreciendo un camino de reconciliación y restauración. Pero también regresará como el Juez justo (Juan 5:22), y Su juicio final será la manifestación definitiva de la ira de Elohím contra todo lo que se opone a Su Reino. Este pasaje, por lo tanto, es una advertencia para los discípulos de Mashíaj de permanecer fieles, de no provocar la ira de Elohím por la apostasía espiritual, y de ser celosos por la gloria de Su nombre, sabiendo que la misma ira que juzga también purifica y establece el Reino eterno.

6. Análisis Profundo

El pasaje se inicia con la observación divina: “וַיַּרְא יְהוָה וַיִּנְאָץ מִכַּעַס בָּנָיו וּבְנֹתָיו” (Va-yar YHVH va-yi-na’atz mi-ka’as ba-nav u-ve-no-tav – Y vio HaShem y aborreció por la ira de sus hijos y de sus hijas). El verbo נָאַץ (na’atz) significa “aborrecer, despreciar”, pero en este contexto implica un profundo disgusto que provoca ira. La expresión “מִכַּעַס” (mi-ka’as) no significa que HaShem se enoje de Sus hijos, sino que Su disgusto y Su ira surgieron a causa de ellos y sus acciones.

La frase clave del juicio es “אַסְתִּירָה פָנַי מֵהֶם” (as-ti-rah fa-nay me-hem – Esconderé Mi rostro de ellos) en Deuteronomio 32:20. Esta expresión, conocida como הַסְתֵּר פָּנִים (haster panim), no significa la ausencia de HaShem, sino la retirada de Su favor, protección y presencia manifiesta. Es una forma de disciplina divina que deja al pueblo vulnerable a sus enemigos y a las consecuencias de sus propios caminos. El Targum Onqelos interpreta esta frase como “Esconderé Mi Presencia de ellos”, enfatizando la ausencia de la Shekhinah como el castigo supremo. El Midrash Sifre Devarim 319 elabora sobre esto, explicando que el ocultamiento del rostro es un proceso gradual que comienza con la disminución de la profecía y termina con la completa vulnerabilidad.

La causa de esta ira y ocultamiento se expresa en “הֵם קִנְאוּנִי בְלֹא אֵל כִּעֲסוּנִי בְּהַבְלֵיהֶם” (Hem qin-e-u-ni ve-lo el ki-a-su-ni be-hav-le-hem – Ellos me provocaron a celos con lo que no es Elohím, me irritaron con sus vanidades) en Deuteronomio 32:21. La palabra קִנְאָה (qin’ah) se refiere a “celos” o “celo ardiente”. HaShem, como el único Elohím de Israel, exige fidelidad exclusiva. La adoración de “no-elohim” (בְלֹא אֵל – ve-lo el), que son “vanidades” (הַבְלֵיהֶם – havlehem, de הֶבֶל – hevel, que significa “aliento, vanidad, ídolo”), es una traición que despierta el celo divino. Como respuesta, HaShem promete “אַקְנִיאֵם בְּלֹא עָם בְּגוֹי נָבָל אַכְעִיסֵם” (aq-ni-em be-lo am be-goy na-val akh-i-sem – los provocaré a celos con un no-pueblo, con una nación necia los irritaré). El “no-pueblo” y la “nación necia” (גוֹי נָבָל – goy naval) son las naciones gentiles, que serán usadas como instrumentos del juicio divino, una ironía ya que Israel fue elegido precisamente para ser el pueblo de HaShem.

La intensidad de la ira de HaShem se describe vívidamente en Deuteronomio 32:22: “כִּי אֵשׁ קָדְחָה בְאַפִּי וַתִּיקַד עַד שְׁאוֹל תַּחְתִּית” (Ki esh qad-ḥah ve-a-pi va-ti-qad ad she-ol taḥ-tit – Porque un fuego ha ardido en Mi ira, y ha consumido hasta el Sheol más profundo). La “ira” (אַף – af) literalmente significa “nariz” y se asocia con el resoplido furioso. Este fuego consumidor, que alcanza hasta el Sheol, subraya la exhaustividad del juicio divino, afectando tanto la vida como la muerte, lo visible y lo invisible.

Finalmente, el motivo de la contención de la ira se revela en Deuteronomio 32:27: “לוּלֵי כַּעַס אוֹיֵב אָגוּר פֶּן יְנַכְּרוּ צָרֵימוֹ פֶּן יֹאמְרוּ יָדֵינוּ רָמָה וְלֹא יְהוָה פָּעַל כָּל זֹאת” (Lu-le kha’as o-yev a-gur pen ye-nakh-ru tsa-re-mo pen yo-me-ru ya-de-nu ra-mah ve-lo YHVH pa-al kol zot – Si no fuera por la ira del enemigo, me lo temería, no sea que sus adversarios se comporten extrañamente; no sea que dijeran: ‘Nuestra mano se alzó, y no HaShem obró todo esto’). HaShem detiene la aniquilación total no por el mérito de Israel, sino para preservar Su propio nombre y gloria entre las naciones. Él no permitirá que los enemigos de Israel atribuyan Su victoria a su propia fuerza, sino que HaShem sea reconocido como el soberano sobre toda la historia. El Targum Yonatan sobre este verso explica que HaShem se abstuvo de aniquilar a Israel para que los pueblos idólatras no dijeran: “Nuestras manos fueron poderosas, y no fue de la presencia de HaShem esta obra”. Esto demuestra la preocupación de HaShem por Su reputación y el cumplimiento de Sus propósitos mayores.

7. Tema Relevante

Un tema central de esta Aliyá es la Gravedad de la Apostasía y la Justicia Retributiva de Elohím. El pasaje ilustra cómo la desviación de la fidelidad a HaShem, al buscar “no-elohim” y “vanidades”, invoca una respuesta divina de justicia y juicio. No se trata de una ira caprichosa, sino de una reacción justa a la violación del pacto y al abandono del Dador de la vida y la bendición.

Para los discípulos de Mashíaj en el Reino de los Cielos, este tema es de suma importancia. Nos recuerda que la relación con Elohím no es trivial. La “ira de YHWH” es una advertencia constante contra cualquier forma de idolatría en nuestras vidas, sea espiritual, emocional o material. La idolatría moderna no siempre se presenta como la adoración de estatuas, sino como la entrega de nuestra devoción, tiempo y recursos a cualquier cosa que no sea HaShem. Cuando priorizamos nuestras carreras, posesiones, placeres o incluso relaciones humanas por encima de Elohím, estamos incurriendo en la misma apostasía que el pueblo de Israel en el desierto.

La retirada del “rostro” de HaShem es una advertencia sombría. Para los que caminan con Yeshúa HaMashíaj, la presencia de la Ruaj HaKodesh (Espíritu Santo) es un anhelo constante y vital. La apostasía, la desobediencia deliberada y el abandono de los caminos de HaShem pueden llevar a un “haster panim” espiritual, donde la presencia y el favor de Elohím parecen distantes, y el creyente se encuentra vulnerable a las aflicciones espirituales y a las consecuencias naturales de sus elecciones. Este pasaje, por lo tanto, fomenta una vida de constante arrepentimiento, fidelidad inquebrantable y celo por la gloria de HaShem, en sintonía con el corazón de Yeshúa HaMashíaj, quien siempre buscó la voluntad de Su Padre. La justicia retributiva de Elohím es un llamado a la santidad y a vivir vidas que reflejen el Reino de los Cielos, no las vanidades del mundo.

8. Descubriendo a Mashíaj

Aunque este pasaje describe la severidad de la ira de Elohím contra Israel por su infidelidad, paradójicamente, apunta profundamente hacia Yeshúa HaMashíaj y la necesidad de Su Reino. La ira de HaShem que arde hasta el Sheol (Deuteronomio 32:22) y el juicio que busca consumir a la nación demuestran la justicia inquebrantable de Elohím frente al pecado. Sin embargo, también revelan la necesidad de un mediador, un salvador que pueda interponerse y absorber esa ira.

Yeshúa HaMashíaj es la encarnación misma de la respuesta de Elohím a Su propia ira. Él no solo vino a revelar el rostro de Elohím (Juan 14:9), sino también a soportar Su ocultamiento y Su ira en la cruz, experimentando la más profunda separación de la presencia del Padre (Marcos 15:34). Él se convirtió en el “no-pueblo” (בְּלֹא עָם – be-lo am) que cargó la culpa de la “generación de perversiones” (דּוֹר תַּהְפֻּכֹת – dor tahpukhot), para que aquellos que creen en Él no tuvieran que enfrentar la plenitud de esa ira.

El pasaje menciona que HaShem retuvo Su ira total para que los enemigos no dijeran “Nuestra mano se alzó, y no HaShem obró todo esto” (Deuteronomio 32:27). Esta preocupación por la gloria de HaShem encuentra su máxima expresión en Yeshúa HaMashíaj. A través de Su vida, muerte y resurrección, Yeshúa magnificó la justicia y la misericordia de Elohím, asegurando que toda rodilla se doblará y toda lengua confesará que Él es Maran Yeshúa, para la gloria del Padre (Filipenses 2:10-11). Su obra garantiza que el Reino de los Cielos se establecerá plenamente, y que HaShem recibirá la gloria debida.

Textos pseudepigráficos como el Libro de Enoc 10:1-3 y 90:20-27 describen una era de juicio y tribulación para los impíos, pero también la promesa de un pastor y un redentor divino que traerá justicia y restaurará a los justos. El Libro de Jubileos 1:26-29 profetiza un tiempo en que Elohím, después de la dispersión de Su pueblo debido a su iniquidad, enviará a un Mesías que renovará el pacto y reunirá a Israel. Estos textos, aunque no canónicos, reflejan la esperanza judía antigua en un Mesías que abordaría la ira de Elohím y restauraría la relación. Yeshúa HaMashíaj es el cumplimiento de esta esperanza, el Rey del Reino de los Cielos que ha inaugurado la salvación y un camino para la paz con Elohím, liberándonos de la justa ira de HaShem y llevándonos a Su presencia eterna.

9. Midrashim y Targumim

Los Midrashim y Targumim ofrecen perspectivas valiosas sobre la ira de HaShem en Deuteronomio 32:19-27.

1. “Y vio YHVH y aborreció” (Deuteronomio 32:19):

* Targum Onqelos y Targum Yonatan interpretan el verbo “וַיִּנְאָץ” (va-yi-na’atz – aborreció) como “rechazó” o “se enfureció”. En particular, el Targum Yonatan enfatiza que HaShem “despreció y se enfureció a causa de la transgresión de sus hijos y de sus hijas”, conectando explícitamente la acción divina con la desobediencia del pueblo.

* El Midrash Sifre Devarim 318 dice que HaShem se sintió “ofendido” por el culto idólatra de Israel, comparando el acto con un rey que se siente insultado cuando su esposa lo engaña.

2. “Esconderé Mi rostro de ellos” (Deuteronomio 32:20):

* Esta frase, “אַסְתִּירָה פָנַי מֵהֶם” (as-ti-rah fa-nay me-hem), es central. El Targum Onqelos traduce “esconderé Mi Presencia de ellos”, sugiriendo que la Shekhinah (Presencia Divina) se retira.

* El Targum Yonatan lo amplifica: “Dijo HaShem: Retiraré Mi Presencia de ellos”. Esto se entiende no como un abandono total, sino como una retirada de la protección y la manifestación de Su favor, dejando a Israel vulnerable a sus enemigos y a las consecuencias de sus pecados.

* El Midrash Sifre Devarim 319 enseña que el ocultamiento del rostro es la consecuencia directa de la transgresión. Explica que cuando HaShem retira Su rostro, el pueblo cae en la confusión y la desesperación, no sabiendo qué camino tomar. Es un juicio gradual que permite a los enemigos prevalecer.

3. “Ellos me provocaron a celos con lo que no es Elohím… y Yo los provocaré a celos con un no-pueblo” (Deuteronomio 32:21):

* El concepto de “קִנְאָה” (qin’ah – celos/celo) es crucial. HaShem siente celo por Su pueblo, así como un esposo lo siente por su esposa.

* El Targum Onqelos traduce “no-Elohím” (בְלֹא אֵל – ve-lo el) como “ídolos”. Y “no-pueblo” (בְּלֹא עָם – be-lo am) se refiere a naciones paganas.

* El Targum Yonatan identifica explícitamente a este “no-pueblo” como las naciones gentiles, que son vistas como “necias” o “bárbaras” (גוֹי נָבָל – goy naval). La idea es que HaShem usará a estos pueblos, que son inferiores en conocimiento de la Torah y de HaShem, para humillar a Israel y despertarlos a la vergüenza de haber abandonado a su Elohím.

* El Midrash Sifre Devarim 320 desarrolla la idea de la “medida por medida” (מִדָּה כְּנֶגֶד מִדָּה – midah ke-neged midah). Así como Israel provocó los celos de HaShem con lo que no era Elohím, HaShem los provocará a celos con un pueblo que no es “Su” pueblo especial, mostrando que la justicia divina es proporcional a la transgresión.

4. “Porque un fuego ha ardido en Mi ira” (Deuteronomio 32:22):

* Los Targumim y Midrashim concuerdan en que este “fuego” es una metáfora de la ira ardiente de HaShem, que consume y destruye.

* El Targum Yonatan especifica que este fuego consume “el infierno más profundo”, lo que indica la extensión total del juicio. No solo la vida física, sino también la existencia espiritual y la memoria.

* El Midrash Tanhuma (Haazinu 5) compara la ira de HaShem con un fuego que una vez encendido no se extingue fácilmente, salvo por Su propia misericordia.

Estas interpretaciones rabínicas subrayan la seriedad de la relación de pacto con HaShem, la naturaleza justa y retributiva de Su ira, y el propósito disciplinario de Sus juicios.

10. Mandamientos

Aunque este pasaje no contiene mandamientos explícitos en el sentido de “haz esto” o “no hagas aquello”, se pueden extraer principios de vida y mandamientos éticos esenciales para los discípulos de Mashíaj en el Reino de los Cielos:

1. Fidelidad Exclusiva a Elohím (Monoteísmo Puro): El pasaje condena severamente la provocación de celos a HaShem con “no-elohim” y “vanidades” (Deuteronomio 32:21). El mandamiento implícito es no tener otros elohím delante de HaShem (Éxodo 20:3) y no adorar ídolos ni poner nada por encima de Él. Para los discípulos de Yeshúa HaMashíaj, esto significa una devoción total a Elohím, sin permitir que el materialismo, el ego, las filosofías humanas o cualquier otra cosa usurpe el lugar de HaShem en nuestro corazón y vida. Es un llamado a amar a HaShem con todo nuestro ser.

2. Reconocimiento de la Soberanía Divina y la Justicia de HaShem: El pasaje revela la ira de Elohím como una respuesta justa y temible a la desobediencia. Los discípulos deben vivir con un santo temor a HaShem, reconociendo Su soberanía sobre todas las cosas y la rectitud de Sus juicios. Esto implica someterse a Su voluntad y confiar en Su sabiduría, incluso cuando Sus caminos son difíciles de entender. No podemos menospreciar la justicia divina, sino que debemos honrarla con vidas de rectitud.

3. Permanecer en el Pacto y Buscar la Presencia de Elohím: El “esconderé Mi rostro” (Deuteronomio 32:20) es una consecuencia terrible de la apostasía. El principio que se extrae es la necesidad vital de permanecer en el pacto a través de Yeshúa HaMashíaj y de buscar activamente la presencia de la Ruaj HaKodesh. Esto se logra a través de la oración constante, el estudio de la Torah, la obediencia a los mandamientos de Mashíaj, la vida en comunidad y la adoración sincera. La búsqueda de Su rostro es el antídoto contra el ocultamiento de Su presencia.

4. Testimonio de la Gloria de HaShem entre las Naciones: HaShem detuvo Su ira final para que Su nombre no fuera deshonrado entre las naciones (Deuteronomio 32:27). Este principio nos llama a vivir de tal manera que glorifiquemos a HaShem y a Yeshúa HaMashíaj ante el mundo. Nuestras vidas deben ser un testimonio de Su poder, Su justicia y Su misericordia, para que las naciones no digan que nuestras propias manos hicieron grandes cosas, sino que todo es obra de Elohím.

11. Preguntas de Reflexión

1. La Aliyá describe la ira de HaShem como una respuesta a la adoración de “no-elohim” y “vanidades”. En el contexto del Reino de Yeshúa HaMashíaj hoy, ¿cuáles son las “vanidades” y los “no-elohim” contemporáneos que pueden provocar la “ira” de Elohím en nuestras vidas personales y en nuestras comunidades, y cómo podemos discernirlos y erradicarlos?

2. El concepto de “esconderé Mi rostro” (אַסְתִּירָה פָנַי – astirah fanay) es un juicio severo. ¿Cómo podemos cultivar una relación con Yeshúa HaMashíaj que asegure la manifestación continua de la presencia de la Ruaj HaKodesh en nuestras vidas, evitando el “haster panim” espiritual que trae confusión y vulnerabilidad?

3. El pasaje enseña que HaShem retiene Su juicio final por el bien de Su nombre y Su gloria entre las naciones. ¿Cómo debería esta verdad moldear nuestra forma de vida, nuestras decisiones y nuestro testimonio, para que el nombre de Yeshúa HaMashíaj sea glorificado y Su Reino avance, incluso frente a la apostasía del mundo?

12. Resumen

La Aliyá 3 de Parashá Haazinu (Deuteronomio 32:19-27) es una advertencia solemne de Moshéh a Israel, profetizando la justa ira de HaShem como consecuencia de la apostasía, la idolatría y la perversión moral. Describe cómo la adoración de “no-elohim” provocó el celo divino, llevando a HaShem a “esconder Su rostro” y a liberar juicios severos a través de las naciones. Sin embargo, la Aliyá también revela la contención de esta ira por el bien del nombre y la gloria de HaShem, para que los adversarios no atribuyan la victoria a su propia fuerza. Para el Reino de los Cielos, este pasaje subraya la santidad y justicia de Elohím, y la necesidad vital de una fidelidad inquebrantable a Yeshúa HaMashíaj, quien es el camino para escapar de esa ira y vivir bajo la constante presencia y favor divino.

13. Tefiláh (Oración)

Padre celestial, Adonái soberano, Te alabamos por Tu justicia y Tu misericordia reveladas en la Torah y en Tu Hijo, Yeshúa HaMashíaj. Reconocemos la santidad de Tu ira contra la iniquidad y la idolatría, y Te pedimos que examines nuestros corazones para que no haya en nosotros “no-elohim” ni “vanidades” que provoquen Tu celo. Que Tu Ruaj HaKodesh nos guíe para vivir en fidelidad al pacto de Tu Reino, y que nunca escondas Tu rostro de nosotros. Que nuestras vidas reflejen la gloria de Yeshúa HaMashíaj, para que Tu nombre sea magnificado entre todas las naciones, y que Tu Reino venga y Tu voluntad sea hecha en la tierra como en el cielo. Amén.

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