Leer o Descargar PDF - Parashá 53 Haazinu (האזינו) – Aliyah 1

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Aliyáh 1: (Deuteronomio 32:1-6) Moshé comienza su cántico llamando al cielo y a la tierra como testigos y describiendo la bondad de Elohím y la ingratitud de Israel.
Haftaráh: 2 Samuel 22:1-51 (El cántico de David en agradecimiento a Elohím por Su liberación).
Brit Hadasháh: Romanos 1:20-23 (La revelación de Elohím en la creación y la ingratitud del ser humano).

Tema: La canción de Moshéh

1. Texto Hebreo Interlineal

Pasaje: Deuteronomio 32:1-32:6

Texto Hebreo OriginalFonética TiberianaTraducción Palabra por PalabraTraducción Literal del Verso
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הַאֲזִינוּ הַשָּׁמַיִם וַאֲדַבֵּרָהHa-a-zi-nu ha-ša-ma-yim va-a-da-be-raEscuchad, oh cielos, y hablaréEscuchad, oh cielos, y hablaré
וְתִשְׁמַע הָאָרֶץ אִמְרֵי פִֽי׃ve-tiš-ma ha-a-reṣ im-rei fi.y oiga la tierra las palabras de mi boca.y oiga la tierra las palabras de mi boca.
יַעֲרֹף כַּמָּטָר לִקְחִיYa-a-rof ka-ma-ṭar liq-ḥiGotee como la lluvia mi enseñanzaGotee como la lluvia mi enseñanza
תִּזַּל כַּטַּל אִמְרָתִיti-zal ka-ṭal im-ra-tiDestile como el rocío mi dichoDestile como el rocío mi dicho
כִּשְׂעִירִים עֲלֵי דֶשֶׁאki-se-i-rim a-lei de-šecomo aguaceros sobre la hierbacomo aguaceros sobre la hierba
וְכִרְבִיבִים עֲלֵי עֵשֶׂב׃ve-jir-vi-vim a-lei e-sev.y como gotas sobre el pasto.y como gotas sobre el pasto.
כִּי שֵׁם יְהוָה אֶקְרָאKi šem YHWH eq-raPorque el Nombre de Adonái invocaréPorque el Nombre de Adonái invocaré
הָבוּ גֹדֶל לֵאלֹהֵינוּ׃ha-vu go-del le-lo-hei-nu.Dad grandeza a nuestro Elohím.Dad grandeza a nuestro Elohím.
הַצּוּר תָּמִים פָּעֳלוֹHa-ṣur ta-mim pa-o-loLa Roca, perfecto Su obrarLa Roca, perfecto Su obrar
כִּי כָל־דְּרָכָיו מִשְׁפָּטki jol-de-ra-jav miš-paṭporque todos Sus caminos son justiciaporque todos Sus caminos son justicia
אֵל אֱמוּנָה וְאֵין עָוֶלEl e-mu-na ve-ein a-velEl Elohím de fidelidad y no hay iniquidadEl Elohím de fidelidad y no hay iniquidad
צַדִּיק וְיָשָׁר הוּא׃ṣa-diq ve-ya-šar hu.Justo y recto es Él.Justo y recto es Él.
שִׁחֵת לוֹ לֹא בָּנָיו מוּמָםŠi-ḥet lo lo va-nav mu-mamHan actuado corruptamente contra Él, no Sus hijos, su manchaHan actuado corruptamente contra Él, no Sus hijos, su mancha
דּוֹר עִקֵּשׁ וּפְתַלְתֹּל׃dor iq-qeš u-fe-tal-tol.generación torcida y perversa.generación torcida y perversa.
הַלַה’ תִּגְמְלוּ־זֹאתHa-la-YHWH tig-me-lu-zot¿A Adonái retribuiréis esto?¿A Adonái retribuiréis esto?
עַם נָבָל וְלֹא חָכָםam na-val ve-lo ḥa-jampueblo vil y no sabio.pueblo vil y no sabio.
הֲלוֹא הוּא אָבִיךָ קָּנֶךָHa-lo hu a-vi-ja qa-ne-ja¿Acaso no es Él tu Padre que te adquirió?¿Acaso no es Él tu Padre que te adquirió?
הוּא עָשְׂךָ וַיְכֹנְנֶךָּ׃hu a-se-ja vai-jon-ne-ja.Él te hizo y te estableció.Él te hizo y te estableció.

2. Haftaráh Analizada

Pasaje: Shmu’el Bet 22:1-51

Análisis: La Haftaráh para Parashá Haazinu, según algunas tradiciones, se toma del segundo libro de Shmu’el 22:1-51, que presenta el canto de David HaMelej. Esta elección es profundamente significativa, ya que la Parashá Haazinu es el canto de Moshéh antes de su partida, y la Haftaráh es el canto de David HaMelej después de haber sido librado de todos sus enemigos y de la mano de Shaúl. Ambas son canciones de alabanza y testimonio, pronunciadas al final de una etapa vital de liderazgo y experiencia con HaShem.

El canto de David HaMelej resuena con los temas de fidelidad divina y la justicia de Elohím, tal como Moshéh los presenta en su canto. Moshéh exhorta a los cielos y a la tierra a ser testigos de la rectitud de HaShem y la ingratitud de Israel. De manera similar, David proclama que “Adonái es mi roca, y mi fortaleza, y mi libertador” (Shmu’el Bet 22:2), haciendo eco de la declaración de Moshéh: “Ha-Ṣur ta-mim pa-o-lo” (La Roca, perfecto Su obrar) en Deuteronomio 32:4. Ambos líderes reconocen a Elohím como la fuente inquebrantable de salvación y juicio.

El Midrash Tanhuma (Haazinu 1) conecta el acto de Moshéh de llamar a los cielos y la tierra como testigos con el hecho de que son inmortales y presenciarán el juicio futuro. David, en su canto, también invoca la memoria de las grandes obras de HaShem a lo largo de su vida, sirviendo como testimonio de la continua intervención divina. Targum Yonatan sobre Deuteronomio 32:1 explica que los cielos y la tierra son llamados a atestiguar la validez de la Torah, y que su existencia misma depende de su cumplimiento. Esto se refleja en la canción de David, donde la bendición y el favor de HaShem están directamente relacionados con la obediencia y la rectitud del rey. La conexión subraya la verdad eterna de que Elohím es fiel a Su pacto, y Su carácter es la base tanto de la justicia como de la redención. La canción de David, como la de Moshéh, prefigura la soberanía de Mashíaj, quien también sería un rey y libertador, cuyas palabras serían como la lluvia y el rocío, trayendo vida y juicio.

3. Brit Hadasháh (Arameo)

Pasaje: Rōmāyē 10:1-4 (Corresponde a Romanos 10:1-4)

Análisis: El pasaje de la Brit Hadasháh en Rōmāyē (Romanos) 10:1-4, que en arameo podría leerse así en una traducción conceptualizada:

> ܐܰܚܰܝ̈. ܨܒܽܘܬ݂ܳܐ ܕ݂ܠܶܒ݁ܳܐ ܕ݂ܺܝܠܝ. ܘܒ݂ܳܥܽܘܬ݂ܝ ܠܘܳܬ݂ ܐܰܠܳܗܳܐ. ܚܠܳܦ݂ ܝܶܣܪܳܝܶܠ. ܕ݁ܢܶܫܬ݁ܰܘܙܽܘܢ. (Aḥay. ṣəvūtā dalbā dīli. Uv’ōʿūtī lwat Alāhā. ḥlāf Yīsrāyēl. dənīštawzūn.)

> Mi (lit. mis) hermanos, el deseo de mi corazón y mi súplica a Elohím por Israel, es que sean salvos.

>

> ܟ݁ܽܠܗܽܘܢ ܓ݁ܶܝܪ ܣܳܗܕ݂ ܐܳܢܳܐ ܠܗܽܘܢ. ܕ݁ܛܶܢܳܢܳܐ ܕ݁ܰܐܠܳܗܳܐ ܐܺܝܬ݂ ܒ݁ܗܽܘܢ. ܐܶܠܳܐ ܠܳܐ ܒ݂ܝܰܕ݂ ܝܺܕ݂ܰܥܬ݂ܳܐ. (Kulhūn gīr sāhd ānā lhūn. dṭēnānā dAlāhā īth bhūn. Elā lā bəyaʿd yīdaʿtā.)

> Porque les doy testimonio a todos ellos que celo de Elohím hay en ellos, pero no con conocimiento.

>

> ܦ݁ܰܪܫܶܬ݂ ܓ݁ܶܝܪ ܙܰܕ݁ܺܝܩܽܘܬ݂ܳܐ ܕ݁ܡܶܢ ܐܰܠܳܗܳܐ. ܘܙܰܕ݁ܺܝܩܽܘܬ݂ܳܐ ܕ݁ܰܢܦܰܫܗܽܘܢ ܒ݁ܥܰܘ ܠܰܡܩܳܝܳܡܽܘ. ܘܠܰܙܕ݁ܺܝܩܽܘܬ݂ܳܐ ܕ݁ܡܶܢ ܐܰܠܳܗܳܐ ܠܳܐ ܐܶܫܬ݁ܰܥܒ݁ܰܕ݂ܘ. (Paršeṯ gīr zaḍḍīqūtā dmen Alāhā. wzaḍḍīqūtā dnafšhūn bʿaw lamqāyāmū. Walazḍḍīqūtā dmen Alāhā lā eštaʿbbaḍw.)

> Porque habiendo ignorado la justicia que es de Elohím, y buscando establecer la suya propia, no se sometieron a la justicia que es de Elohím.

>

> ܡܶܛܽܠ ܕ݁ܡܰܫܺܝܚܳܐ ܗܽܘ ܣܽܘܦ݂ܳܐ ܕ݁ܢܳܡܽܘܣܳܐ ܠܟ݂ܽܠ ܕ݁ܰܡܗܰܝܡܶܢ ܠܙܰܕ݁ܺܝܩܽܘܬ݂ܳܐ. (Mēṭṭul dMašīḥā hū sūfā dDīmusā lkul daṁhaymēn lazḍḍīqūtā.)

> Porque Mashíaj es el fin de la Torah para justicia a todo aquel que cree.

La canción de Moshéh en Haazinu establece la fidelidad inquebrantable de HaShem como la Roca y la infidelidad del pueblo de Israel. El pasaje de Rōmāyē, escrito por Shaúl (Pablo), un enviado de Maran Yeshúa, aborda esta misma tensión desde la perspectiva del cumplimiento del Reino de los Cielos. La “justicia de Elohím” (צֶדֶק אֱלֹהִים – ṣedeq Elohím) es un tema central en ambas narrativas. Moshéh lamenta que Israel se haya corrompido, olvidando a Elohím que los creó (Deuteronomio 32:5-6). Shaúl observa un “celo de Elohím” en Israel, pero señala que este celo no estaba “con conocimiento” (Rōmāyē 10:2), lo que les llevó a buscar su propia justicia en lugar de someterse a la que proviene de Elohím a través de Yeshúa HaMashíaj.

Este pasaje de la Brit Hadasháh ilumina la profecía de Moshéh, al revelar cómo la “justicia” de Elohím se manifiesta plenamente en Yeshúa HaMashíaj. Los textos pseudepigráficos como 4 Esdras y Baruc sirio a menudo lamentan la condición pecaminosa de Israel y la necesidad de una intervención divina para la restauración, lo cual resuena con el lamento de Moshéh. La venida de Yeshúa HaMashíaj, según la Brit Hadasháh, es el clímax de esta intervención, la “Roca” de la que Moshéh habló, que ahora se revela como la piedra angular del Reino de los Cielos. En Maran Yeshúa, la justicia de HaShem se cumple y se ofrece a todos aquellos que confían en Él, sin importar su origen. Él es la realización de la promesa y la advertencia en el canto de Moshéh, el cumplimiento de la Torah para la justicia a todos los que creen y entran en Su Reino.

4. Contexto Histórico

La Parashá Haazinu y su Aliyá 1 se sitúan en un momento crucial de la narrativa del pueblo de Israel: Moshéh está al final de su vida, a punto de ascender al Har Nevo y ver la Tierra Prometida sin entrar en ella. Este canto es su testamento final, una exhortación profética a la nación que ha guiado por cuarenta años en el desierto. La generación que salió de Egipto ha fallecido, y una nueva generación está a punto de entrar en Canaán. Moshéh sabe que, a pesar de las maravillas de HaShem y Su liberación, el pueblo tenderá a la idolatría y la rebelión una vez establecido en la tierra fértil.

El contexto cultural es el de una nación en transición, dejando atrás la vida nómada y preparándose para establecerse en una tierra habitada por pueblos cananeos con prácticas religiosas idólatras. Moshéh, como el líder y profeta por excelencia, utiliza el formato de una canción (שִׁירָה – šira) para que su mensaje sea recordado y transmitido de generación en generación. La canción es una forma poderosa de instrucción y advertencia en las culturas antiguas, diseñada para ser memorizada y recitada.

Los personajes principales son Moshéh, el pueblo de Israel, y HaShem. Moshéh, habiendo experimentado de primera mano la persistente desobediencia y la fidelidad de Elohím, emite esta advertencia solemne. El canto actúa como un contrato legal o un pacto, donde los “cielos y la tierra” son llamados como testigos eternos del acuerdo entre HaShem e Israel.

Arqueológicamente, el período de la salida de Egipto y la entrada en Canaán es debatido, pero los temas del pacto, la ley y la adoración a un solo Elohím contrastan fuertemente con las prácticas politeístas y de fertilidad de los cananeos evidenciadas en sitios como Ugarit. Los hallazgos de tablillas cuneiformes que describen mitos cananeos de dioses como Baal y Asherah revelan el tipo de tentaciones espirituales que el pueblo de Israel enfrentaría. El canto de Moshéh es una clara llamada a la distinción y la lealtad exclusiva a HaShem, advirtiendo contra la corrupción de la identidad nacional por la asimilación a estas culturas.

5. Comentarios Proféticos

El canto de Moshéh es eminentemente profético, mirando tanto al pasado como al futuro del pueblo de Israel. Declara la naturaleza inmutable de HaShem como “Ha-Ṣur” (la Roca), cuya obra es perfecta y cuyos caminos son justicia (Deuteronomio 32:4). Esta declaración es una profecía perenne de la coherencia de Elohím a través de las edades. La advertencia sobre la corrupción del pueblo (Deuteronomio 32:5) es una profecía directa de su futura apostasía, que se cumpliría repetidamente a lo largo de los Nevi’im, desde los jueces hasta los profetas como Yesha’yahu HaNavi y Yirmeyahu HaNavi, quienes denunciarían la infidelidad de Israel.

La relevancia para la época actual, y para el Reino de Yeshúa HaMashíaj, es profunda. La fidelidad de Elohím, manifestada en Su carácter como la Roca, sigue siendo la base inquebrantable de la esperanza para aquellos que siguen a Yeshúa HaMashíaj. Él mismo es la manifestación suprema de esa “Roca” (ver 1 Corintios 10:4, donde se refiere a Mashíaj como la Roca espiritual). La advertencia de Moshéh sobre la generación “torcida y perversa” (Deuteronomio 32:5) resuena en la Brit Hadasháh, donde los seguidores de Yeshúa HaMashíaj son exhortados a ser “irreprensibles y sencillos, hijos de Elohím sin mancha en medio de una generación torcida y perversa” (Filipenses 2:15), un eco directo del lenguaje de Moshéh.

Las profecías mesiánicas son prefiguradas en el canto de Moshéh a través del tema de la redención final y la restauración. Aunque Moshéh lamenta la corrupción de Israel, el canto completo también habla de la venganza de HaShem contra los enemigos de Israel y la consolación de Su pueblo. Esta visión de una redención completa y un juicio justo apunta hacia la era mesiánica, cuando Yeshúa HaMashíaj establecerá Su Reino en plenitud, trayendo la justicia perfecta y el juicio final sobre toda iniquidad. El canto es una promesa de que, a pesar de la infidelidad humana, la soberanía de Elohím y Su plan redentor se cumplirán plenamente en Maran Yeshúa.

6. Análisis Profundo

La Aliyá 1 de Haazinu se abre con una dramática invocación: “Ha-a-zi-nu ha-ša-ma-yim va-a-da-be-ra ve-tiš-ma ha-a-reṣ im-rei fi” (Deuteronomio 32:1). La palabra “Ha-a-zi-nu” (הַאֲזִינוּ), “escuchad”, es un imperativo plural que enfatiza la urgencia y solemnidad del mensaje. No es un mero “oíd”, sino una llamada a prestar atención profunda, como se hace en los juicios donde se requiere testimonio. Moshéh llama a los cielos y la tierra como testigos, un motivo que se encuentra en la literatura de pactos del Antiguo Cercano Oriente, donde los elementos cósmicos eran invocados para garantizar la observancia de los tratados. El Midrash Sifre Devarim (306) explica que los cielos y la tierra son elegidos como testigos porque son eternos y, por lo tanto, pueden dar testimonio para siempre.

La enseñanza de Moshéh es comparada con elementos vitales de la naturaleza: “Ya-a-rof ka-ma-ṭar liq-ḥi, ti-zal ka-ṭal im-ra-ti” (Deuteronomio 32:2) – “Gotee como la lluvia mi enseñanza, destile como el rocío mi dicho”. “Liq-ḥi” (לִקְחִי), la enseñanza o doctrina, y “im-ra-ti” (אִמְרָתִי), mi dicho o palabra, son presentadas como fuentes de vida, al igual que la lluvia y el rocío nutren la vegetación en la tierra árida de Israel. Targum Onqelos traduce “liq-ḥi” como “mi sabiduría”, enfatizando el aspecto de instrucción profunda. Esta metáfora es clave: la Torah y las palabras de HaShem no son una carga, sino el sustento esencial para la vida del pueblo, análogas al Ruaj HaKodesh que revitaliza el espíritu.

El verso 32:3 declara el propósito de este canto: “Ki šem YHWH eq-ra, ha-vu go-del le-lo-hei-nu” – “Porque el Nombre de Adonái invocaré, dad grandeza a nuestro Elohím”. La invocación del “šem YHWH” (שֵׁם יְהוָה) es central, afirmando la soberanía y unicidad de HaShem en contraste con las deidades paganas. La exhortación a “dar grandeza” (גֹדֶל – go-del) a Elohím es un llamado a reconocer Su majestad y poder.

El verso 32:4, “Ha-Ṣur ta-mim pa-o-lo ki jol-de-ra-jav miš-paṭ, El e-mu-na ve-ein a-vel ṣa-diq ve-ya-šar hu”, es una profunda declaración teológica. “Ha-Ṣur” (הַצּוּר), “La Roca”, es un título clave para HaShem, denotando Su estabilidad, inmutabilidad y refugio. Es un contraste directo con la fragilidad y la inconstancia humana. “Ta-mim pa-o-lo” (תָּמִים פָּעֳלוֹ) significa “perfecto Su obrar”, lo que subraya la impecabilidad de las acciones divinas. “Jol-de-ra-jav miš-paṭ” (כָל־דְּרָכָיו מִשְׁפָּט), “todos Sus caminos son justicia”, declara que cada acto de HaShem está fundado en el principio de la rectitud. “El e-mu-na ve-ein a-vel” (אֵל אֱמוּנָה וְאֵין עָוֶל), “Elohím de fidelidad y no hay iniquidad”, enfatiza Su confiabilidad y ausencia de maldad. Finalmente, “ṣa-diq ve-ya-šar hu” (צַדִּיק וְיָשָׁר הוּא), “Justo y recto es Él”, encapsula Su carácter moral.

Este retrato de Elohím contrasta drásticamente con la descripción del pueblo en los versos 5-6: “Ši-ḥet lo lo va-nav mu-mam dor iq-qeš u-fe-tal-tol. Ha-la-YHWH tig-me-lu-zot am na-val ve-lo ḥa-jam. Ha-lo hu a-vi-ja qa-ne-ja hu a-se-ja vai-jon-ne-ja.” – “Han actuado corruptamente contra Él, no Sus hijos, su mancha, generación torcida y perversa. ¿A Adonái retribuiréis esto, pueblo vil y no sabio? ¿Acaso no es Él tu Padre que te adquirió? Él te hizo y te estableció.” La corrupción del pueblo es descrita como “mu-mam” (מוּמָם), “su mancha”, una imperfección intrínseca que no es propia de los “hijos” de HaShem, sino que es una desviación de su verdadera identidad. La “generación torcida y perversa” (דּוֹר עִקֵּשׁ וּפְתַלְתֹּל – dor iq-qeš u-fe-tal-tol) es un epíteto que reaparecerá en los Nevi’im y en la Brit Hadasháh para describir la persistente rebeldía. Moshéh apela a su memoria, recordándoles la paternidad de HaShem: “tu Padre que te adquirió, Él te hizo y te estableció”, haciendo eco de la creación y la formación de Israel como nación. El Targum Yerushalmi sobre este pasaje enfatiza el rol de HaShem como Creador y Sustentador, y la profunda ingratitud del pueblo.

7. Tema Relevante

Un tema central y relevante de esta Aliyá es la inmutabilidad del carácter de HaShem como la Roca frente a la inconstancia y la ingratitud humana. Moshéh presenta a Elohím como “Ha-Ṣur” (La Roca), cuya obra es perfecta, cuyos caminos son justicia, y que es un Elohím de fidelidad, justo y recto. Este es el fundamento inquebrantable sobre el cual se construye el universo y la relación de pacto con Israel. En contraste, el pueblo es descrito como “corrupto”, “con mancha”, una “generación torcida y perversa”. Esta dicotomía es la raíz del drama de la historia de Israel y la revelación del plan redentor de HaShem.

Para los discípulos de Mashíaj en el Reino de los Cielos, este tema es de vital importancia. El Reino de Elohím no se basa en la perfección de sus ciudadanos, sino en la perfección de su Rey, Yeshúa HaMashíaj, quien es la manifestación de “Ha-Ṣur”. La fidelidad y justicia de Yeshúa son la garantía de la estabilidad y la eternidad del Reino. Los discípulos son llamados a reflejar este carácter inmutable de HaShem en sus vidas, cultivando la fidelidad (אֱמוּנָה – emunáh) y la rectitud (צֶדֶק – ṣedeq). Aunque la naturaleza humana aún lucha contra la “corrupción” y la “perversidad”, la obra del Ruaj HaKodesh dentro de los creyentes en Yeshúa HaMashíaj los transforma para conformarse a la imagen de HaShem.

Esta Aliyá nos enseña que la verdadera seguridad y bendición provienen de reconocer la soberanía de HaShem y someterse a Su justicia, en lugar de confiar en la propia fuerza o sabiduría humana, que es inherentemente “vil y no sabia”. El discipulado en el Reino de los Cielos implica una constante vuelta a la “Roca” que es Yeshúa HaMashíaj, reconociendo Su obra perfecta y Su fidelidad, y permitiendo que Su enseñanza sea como “lluvia y rocío” que nutre el espíritu.

8. Descubriendo a Mashíaj

El canto de Moshéh en Haazinu, y específicamente la Aliyá 1, apunta a Yeshúa HaMashíaj de varias maneras profundas. En primer lugar, la descripción de HaShem como “Ha-Ṣur” (הַצּוּר), “La Roca”, cuya obra es perfecta y cuyos caminos son justicia (Deuteronomio 32:4), se aplica proféticamente a Yeshúa HaMashíaj. En la Brit Hadasháh, el enviado Shaúl se refiere a Mashíaj como la “roca espiritual” que seguía a Israel en el desierto (1 Corintios 10:4). Yeshúa mismo es la manifestación encarnada de la perfecta obra y los caminos justos de HaShem. Él es el Elohím de fidelidad, sin iniquidad, justo y recto.

La canción de Moshéh también lamenta la corrupción y la ingratitud del pueblo de Israel, una “generación torcida y perversa” que no retribuyó la bondad de Su Padre que los creó y estableció (Deuteronomio 32:5-6). Esta descripción resuena con la experiencia de Yeshúa HaMashíaj, quien vino a Su propio pueblo, pero muchos no le recibieron (Yojanan 1:11). Yeshúa se enfrentó a una generación que a menudo exhibía las mismas características de obstinación y ceguera espiritual.

La exhortación de Moshéh a dar “grandeza a nuestro Elohím” (Deuteronomio 32:3) se cumple de manera suprema en el reconocimiento y la adoración de Yeshúa HaMashíaj como Maran. Él es el “šem YHWH” (el Nombre de Adonái) manifestado, a quien toda rodilla se doblará y toda lengua confesará (Filipenses 2:9-11). Su vida, obra, y resurrección son la máxima expresión del “obrar perfecto” de HaShem.

Además, el rol de Moshéh como el profeta que pronuncia estas palabras de instrucción y advertencia prefigura a Yeshúa HaMashíaj como el “Profeta como Moshéh” (Deuteronomio 18:15). Las palabras de Yeshúa, como la “lluvia y el rocío” de Moshéh, traen vida y discipulado en el Reino de los Cielos. En el pseudepígrafo Libro de Enoc, se habla de la justicia de HaShem y del juicio final que vendrá sobre la iniquidad, así como de la elección de un “Justo” para la redención. Este “Justo” encuentra su cumplimiento en Yeshúa HaMashíaj, quien es la máxima expresión de la justicia de Elohím y el medio por el cual la humanidad puede ser reconciliada con la “Roca” que los creó y estableció. La canción de Moshéh, por lo tanto, no es solo un lamento y una advertencia, sino también una proclamación velada de la necesidad y la venida de un redentor que restauraría la relación de pacto y establecería el Reino eterno de HaShem.

9. Midrashim y Targumim

Los Midrashim y Targumim ofrecen perspectivas ricas y a menudo expandidas sobre la Aliyá 1 de Haazinu, destacando la profundidad de la interpretación rabínica tradicional:

1. Deuteronomio 32:1 – Invocación a Cielos y Tierra como Testigos:

* Targum Onqelos: Traduce la frase “Ha-a-zi-nu ha-ša-ma-yim va-a-da-be-ra” (Escuchad, oh cielos, y hablaré) como “Aceptad mi discurso, oh cielos, y la palabra de mi Torá haced oír la tierra”. Esto enfatiza la naturaleza de la Torá como la palabra divina y el rol de la creación como testigo de su transmisión.

* Sifre Devarim 306: Explica que Moshéh invocó a los cielos y la tierra como testigos porque son inmortales y perdurarán para siempre. Así, podrán atestiguar la fidelidad de HaShem y la desobediencia de Israel a lo largo de las generaciones. Se argumenta que, si el testimonio fuera contra las naciones, Moshéh habría llamado a hombres como testigos, pero siendo contra Israel, se necesitaban testigos imperecederos.

* Midrash Tanhuma (Haazinu 1): Continúa la idea de los testigos diciendo que Moshéh quiso asegurar que si Israel negaba haber recibido la Torá, los cielos y la tierra serían los que atestiguarían. También resalta que son testigos mudos pero poderosos de la soberanía de HaShem.

2. Deuteronomio 32:2 – La Torá como Lluvia y Rocío:

* Targum Yerushalmi (Pseudo-Yonatan): Interpreta “Ya-a-rof ka-ma-ṭar liq-ḥi” (Gotee como la lluvia mi enseñanza) como la Torá siendo recibida por los sabios como lluvia suave que empapa la tierra, mientras que “ti-zal ka-ṭal im-ra-ti” (Destile como el rocío mi dicho) se refiere a que incluso las palabras simples de la Torá son tan refrescantes como el rocío. La sabiduría de la Torá se describe como un sustento vital.

* Midrash Rabá (Devarim 9:1): Compara la Torá con la lluvia y el rocío para enseñar que, así como estos fenómenos naturales son vitales para la vida de la tierra, la Torá es esencial para la vida espiritual de Israel. Además, así como la lluvia y el rocío descienden en secreto y silenciosamente, la Torá debe ser estudiada y absorbida con humildad y diligencia.

3. Deuteronomio 32:4 – HaShem como la Roca y Su Perfección:

* Targum Onqelos: Traduce “Ha-Ṣur ta-mim pa-o-lo” (La Roca, perfecto Su obrar) como “La fortaleza cuya obra es perfecta”, enfatizando la fuerza y la infalibilidad de HaShem.

* Sifre Devarim 307: Profundiza en el significado de “Ha-Ṣur”, indicando que Él es la fortaleza de Israel, Su protector. La perfección de Su obrar se demuestra en que todo lo que hace es por justicia (“miš-paṭ”), incluso cuando Sus juicios parecen severos, son siempre justos y rectos. “El e-mu-na” (Elohím de fidelidad) significa que Él es fiel a Su pacto, incluso cuando Israel es infiel.

4. Deuteronomio 32:5-6 – La Corrupción de Israel:

* Targum Yonatan: Sobre “Ši-ḥet lo lo va-nav mu-mam dor iq-qeš u-fe-tal-tol” (Han actuado corruptamente contra Él, no Sus hijos, su mancha, generación torcida y perversa), interpreta que la corrupción no es inherente a su ser como “hijos” de HaShem, sino que es una mancha que ellos mismos se han causado por sus acciones. La frase “no Sus hijos” se entiende como “no son hijos en los que no hay mancha,” es decir, que su mancha no es innata, sino adquirida por la rebelión.

* Midrash Tanhuma (Haazinu 3): Destaca la ingratitud de Israel. HaShem los llamó “hijos” (בָּנִים – banim), pero ellos se comportaron como extraños. Moshéh les recuerda que HaShem es su Padre, su Creador y su Sustentador, haciendo la ingratitud aún más reprochable.

En resumen, los Midrashim y Targumim no solo traducen, sino que interpretan y expanden el texto, revelando la profunda preocupación por la Torá como enseñanza vital, la inmutabilidad de HaShem como Protector justo y fiel, y la lamentable pero evitable infidelidad de Israel. Estas interpretaciones prefiguran la necesidad de una redención que solo podría venir de la “Roca” misma, en la persona de Yeshúa HaMashíaj.

10. Mandamientos

Aunque la Aliyá 1 de Haazinu no presenta mandamientos explícitos en forma de leyes detalladas, extrae principios de vida y mitzvot fundamentales que son aplicables para los discípulos de Mashíaj en el Reino de los Cielos:

1. Escuchar y Atender la Enseñanza Divina (שְׁמַע וְהַאֲזִין – Shma u-ha’azin): Moshéh comienza con “Ha-a-zi-nu” (Escuchad profundamente). El primer principio es la obligación de prestar atención seria y reflexiva a la palabra de HaShem. Para los discípulos de Yeshúa HaMashíaj, esto significa una devoción constante al estudio de la Torah y a las enseñanzas de Maran Yeshúa, permitiendo que Sus palabras “goteen como la lluvia” y “destilen como el rocío” en sus corazones, nutriendo su vida espiritual.

2. Proclamar la Grandeza de HaShem (הָבוּ גֹדֶל לֵאלֹהֵינוּ – Havu go-del le-lo-hei-nu): El canto exhorta a “dar grandeza a nuestro Elohím” (Deuteronomio 32:3). Esto implica un mandamiento de adoración y testimonio. Los discípulos de Mashíaj están llamados a glorificar a HaShem en todas sus acciones, palabras y pensamientos, reconociendo Su soberanía, Su justicia perfecta y Su fidelidad. Es un llamado a vivir de tal manera que el nombre de Yeshúa HaMashíaj sea honrado y exaltado.

3. Reconocer la Justicia y Fidelidad de HaShem (הַצּוּר תָּמִים פָּעֳלוֹ – Ha-Ṣur ta-mim pa-o-lo): Comprender que HaShem es la “Roca”, perfecto en Su obrar, justo y fiel (Deuteronomio 32:4), es un principio fundamental. Esto genera confianza y sumisión a Su voluntad. Los discípulos deben confiar en la perfecta justicia de HaShem, incluso en medio de las pruebas, sabiendo que Yeshúa HaMashíaj es el fundamento inquebrantable de su fe y el modelo de toda rectitud en el Reino de los Cielos.

4. Evitar la Corrupción y la Ingratitud (שִׁחֵת לוֹ לֹא בָּנָיו – Ši-ḥet lo lo va-nav): La advertencia contra ser una “generación torcida y perversa” que olvida a su Creador (Deuteronomio 32:5-6) es un mandamiento implícito. Los discípulos de Yeshúa HaMashíaj deben esforzarse por vivir una vida de integridad y gratitud, resistiendo las tentaciones de la “corrupción” moral y espiritual del mundo. Esto implica ser conscientes de la paternidad de HaShem y responder con amor y obediencia a quien los adquirió y estableció en el Reino.

Estos principios son esenciales para la vida en el Reino de Elohím, formando el carácter de los seguidores de Yeshúa HaMashíaj y preparándolos para ser luces en medio de una generación que a menudo olvida a su Creador.

11. Preguntas de Reflexión

1. Moshéh compara su enseñanza con la lluvia y el rocío, elementos que nutren y dan vida. ¿Cómo experimentas las palabras de Yeshúa HaMashíaj y la Torá como sustento vital en tu vida hoy, y qué pasos podrías tomar para que Su enseñanza “gotee” y “destile” más profundamente en tu ser para el Reino?

2. La descripción de HaShem como “Ha-Ṣur”, la Roca perfecta y justa, contrasta con la “generación torcida y perversa” de Israel. En tu caminar como discípulo de Yeshúa HaMashíaj, ¿en qué áreas identificas la tendencia a la inconstancia o la ingratitud, y cómo puedes anclarte más firmemente en la inmutable Roca que es Maran Yeshúa?

3. Moshéh apela a la relación de HaShem como Padre que “adquirió, hizo y estableció” a Israel. Reflexionando sobre tu propia experiencia en el Reino de los Cielos, ¿cómo te ayuda esta imagen de la paternidad de HaShem a comprender tu identidad y propósito, y cómo te motiva a “dar grandeza a nuestro Elohím” con un corazón de amor y obediencia?

12. Resumen

La Aliyá 1 de Parashá Haazinu es la introducción al majestuoso canto de Moshéh, un testamento profético y una exhortación solemne. Moshéh invoca a los cielos y la tierra como testigos eternos de la justicia inmutable de HaShem y la inconstancia del pueblo de Israel. Él proclama a HaShem como “Ha-Ṣur” (La Roca), cuya obra es perfecta y cuyos caminos son justicia, fidelidad y rectitud. En marcado contraste, el pueblo es descrito como una “generación torcida y perversa” que ha actuado corruptamente contra su Padre y Creador. Este pasaje establece la base teológica del Reino de los Cielos, revelando el carácter inquebrantable de Elohím y la necesidad de una respuesta fiel y agradecida por parte de Su pueblo. Es una llamada a los discípulos de Yeshúa HaMashíaj a arraigarse en la Roca, que es Maran Yeshúa, y a reflejar Su justicia y fidelidad en un mundo que a menudo olvida a su Creador.

13. Tefiláh (Oración)

Padre nuestro, Elohím de Avraham, Yitzḥak y Yaakov, te damos grandeza y te reconocemos como Ha-Ṣur, nuestra Roca inquebrantable. Tu obra es perfecta, y Tus caminos son justicia y fidelidad, sin iniquidad, justo y recto eres Tú. Te agradecemos por Yeshúa HaMashíaj, la manifestación de Tu Roca eterna, quien nos redimió de nuestra propia “generación torcida y perversa” y nos estableció en Tu Reino de los Cielos. Permite que Tu enseñanza gotee como la lluvia y destile como el rocío en nuestros corazones, nutriendo nuestro espíritu y guiándonos a caminar en rectitud. Que seamos fieles a Tu pacto, y que nuestras vidas proclamen Tu Nombre y Tu gloria, por medio de Maran Yeshúa, nuestro Rey y Mashíaj. Amén.

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