Leer o Descargar PDF - Parashá 50 Ki Tavo (כי תבוא) – Aliyah 3

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Aliyáh 3: (Deuteronomio 26:16-19) Moshé insta a Israel a guardar todos los mandamientos y les recuerda que son un pueblo santo.
Haftaráh: Jeremías 2:1-3 (El amor inicial de Israel y el pacto con Elohím).
Brit Hadasháh: 1 Pedro 2:9 (El llamado de los creyentes como pueblo santo y nación santa).

Tema: La bendición y la maldición

1. Texto Hebreo Interlineal

Pasaje: Deuteronomio 27:11-28:6

2. Haftaráh Analizada

Pasaje: Yesha’yahu HaNavi 60:1-22

Análisis: La Haftaráh de la Parashá Ki Tavó se encuentra en Yesha’yahu HaNavi 60:1-22. Este pasaje de los Nevi’im contrasta poderosamente con la sección de maldiciones en la Torah, ofreciendo una visión de restauración y bendición gloriosa que aguarda al pueblo de Elohím. Mientras que Deuteronomio 27 detalla las graves consecuencias de la desobediencia, Yesha’yahu 60 pinta un cuadro vívido de la redención futura de Tziyon, donde la oscuridad será disipada por la luz de HaShem, y las naciones vendrán a Yerushalayim para traer sus riquezas y honrar a Elohím.

El profeta Yesha’yahu declara: “Levántate, resplandece; porque ha venido tu luz, y la gloria de Adonái ha nacido sobre ti” (Yesha’yahu 60:1). Este es un eco de las promesas de bendición de Deuteronomio 28:1-14, pero magnificado a una escala escatológica. Las maldiciones se describen como una consecuencia de la desobediencia, resultando en dispersión y sufrimiento. Sin embargo, Yesha’yahu profetiza un tiempo en que esta dispersión será revertida, y las bendiciones de Avraham se manifestarán plenamente a través de un pueblo restaurado.

El Targum Jonathan sobre Yesha’yahu 60 enfatiza la venida de la luz de la Shekhiná (presencia divina) sobre Yerushalayim, y cómo esta luz atraerá a los reyes y sus pueblos, quienes “caminarán en tu luz, y los reinos en el resplandor de tu gloria”. Esta interpretación resalta la naturaleza universal de la bendición prometida, la cual trascenderá las fronteras de Yisra’el, una visión que se conecta intrínsecamente con el Reino de Yeshúa HaMashíaj, donde su luz resplandecerá sobre todas las naciones.

Los Midrashim, como el Midrash Tanhuma (Ki Tavó 1), también conectan las bendiciones y las maldiciones con el destino de Yisra’el en la historia. Se entiende que las maldiciones son una disciplina para traer al pueblo de regreso a HaShem, mientras que las bendiciones de Yesha’yahu son la recompensa final por la teshuvá (arrepentimiento) y la fidelidad venidera. Esta Haftaráh sirve como una esperanza profética, asegurando que a pesar de las inevitables caídas y sus consecuencias, la promesa final de Elohím para su pueblo es de una bendición inquebrantable y una gloria eterna, un Reino de luz sin fin.

3. Brit Hadasháh (Arameo)

Pasaje: Galatiyim (ܓܠܛܝܐ) 3:10-14

Análisis: La Aliyá 3 de Ki Tavó establece claramente el principio de la retribución divina basada en la obediencia o desobediencia a la Torah. Sin embargo, la Brit Hadasháh, a través de Maran Yeshúa, revela una dimensión más profunda de cómo la humanidad puede acceder a la bendición y ser redimida de la maldición. El apóstol Sha’ul, en su carta a los Galatos, aborda este tema con gran profundidad:

Texto Hebreo OriginalFonética TiberianaTraducción Palabra por PalabraTraducción Literal del Verso
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וַיְצַוVa-ye-ṣavY-mandóY Moshéh mandó al pueblo en aquel día, diciendo:
מֹשֶׁהMoshéhMoshéh
אֶת־הָעָםet-ha-ama-el-pueblo
בַּיּוֹםba-yomen-el-día
הַהוּאha-huel-aquel
לֵאמֹר׃le-mordiciendo:
אֵלֶּהElehEstosEstos se pararán para bendecir al pueblo sobre Har Gerizim, cuando hayáis cruzado el Yarden: Shim’on, y Levi, y Yehudah, y Yisaskhar, y Yosef, y Binyamin.
יַעַמְדוּya-amduse-pararán
לְבָרֵךְle-varekhpara-bendecir
אֶת־הָעָםet-ha-ama-el-pueblo
עַלalsobre
הַר־גְּרִיזִיםHar-GerizimHar Gerizim
בְּעָבְרְכֶםbe-avre-khemen-vuestro-cruzar
אֶת־הַיַּרְדֵּןet-ha-Yardena-el-Yarden
שִׁמְעוֹןShim’onShim’on
וְלֵוִיve-Leviy-Levi
וִיהוּדָהvi-Yehudahy-Yehudah
וְיִשָּׂשׂכָרve-Yisaskhary-Yisaskhar
וְיוֹסֵףve-Yosefy-Yosef
וּבִנְיָמִן׃u-vinYaminy-Binyamin.
וְאֵלֶּהVe-elehY-estosY estos se pararán sobre la maldición en Har Eyval: Re’uven, Gad, y Ašer, y Zevulun, Dan, y Naftali.
יַעַמְדוּya-amduse-pararán
עַל־הַקְּלָלָהal-ha-qelalahsobre-la-maldición
בְּהַרbe-Haren-Har
עֵיבָלEyvalEyval
רְאוּבֵןRe’uvenRe’uven
גָּדGadGad
וְאָשֵׁרve-Ašery-Ašer
וּזְבֻלוּןu-Zevuluny-Zevulun
דָּןDanDan
וְנַפְתָּלִי׃ve-Naftaliy-Naftali.
וְעָנוּVe-anuY-responderánY los Levitas responderán y dirán a todo varón de Yisra’el en voz alta:
הַלְוִיִּםha-Leviyimlos-Levitas
וְאָמְרוּve-ameruy-dirán
אֶל־כָּל־אִישׁel-kol-iša-todo-varón
יִשְׂרָאֵלYisra’elYisra’el
קוֹלqolvoz
רָם׃ramalta:
אָרוּרArurMalditoMaldito el varón que hiciere ídolo o fundición, abominación de Adonái, obra de manos de artesano, y lo pusiere en secreto. Y todo el pueblo responderá y dirá: Amén.
הָאִישׁha-išel-varón
אֲשֶׁרašerque
יַעֲשֶׂהya’asehhiciere
פֶסֶלfeselídolo
וּמַסֵּכָהu-massekahy-fundición
תּוֹעֲבַתto’avatabominación
יְהוָהAdonáide-Adonái
מַעֲשֵׂהma’asehobra
יְדֵי־חָרָשׁyedei-ḥarašde-manos-de-artesano
וְשָׂםve-samy-pusiese
בַּסָּתֶרba-sateren-lo-secreto.
וְעָנוּve-anuY-responderá
כָל־הָעָםkol-ha-amtodo-el-pueblo
וְאָמְרוּve-ameruy-dirá
אָמֵן׃amenAmén.
אָרוּרArurMalditoMaldito el que deshonra a su padre y a su madre. Y todo el pueblo dirá: Amén.
מַקְלֶהmaqlehel-que-deshonra
אָבִיוaviva-su-padre
וְאִמּוֹve-imoy-a-su-madre.
וְאָמַרve-amarY-dirá
כָל־הָעָםkol-ha-amtodo-el-pueblo
אָמֵן׃amenAmén.
אָרוּרArurMalditoMaldito el que cambia el linde de su vecino. Y todo el pueblo dirá: Amén.
מַסִּיגmassigel-que-cambia
גְּבוּלgevullinde
רֵעֵהוּre’ehude-su-vecino.
וְאָמַרve-amarY-dirá
כָל־הָעָםkol-ha-amtodo-el-pueblo
אָמֵן׃amenAmén.
אָרוּרArurMalditoMaldito el que hace errar al ciego en el camino. Y todo el pueblo dirá: Amén.
מַשְׁגֶּהmašgehel-que-hace-errar
עִוֵּרiwera-ciego
בַּדֶּרֶךְba-derekhen-el-camino.
וְאָמַרve-amarY-dirá
כָל־הָעָםkol-ha-amtodo-el-pueblo
אָמֵן׃amenAmén.
אָרוּרArurMalditoMaldito el que tuerce el juicio del extranjero, huérfano y viuda. Y todo el pueblo dirá: Amén.
מַטֶּהmattehel-que-tuercie
מִשְׁפַּטmišpatjuicio
גֵּרgerde-extranjero
יָתוֹםyatomhuérfano
וְאַלְמָנָהve-almanahy-viuda.
וְאָמַרve-amarY-dirá
כָל־הָעָםkol-ha-amtodo-el-pueblo
אָמֵן׃amenAmén.
אָרוּרArurMalditoMaldito el que se acuesta con la esposa de su padre, porque ha descubierto la falda de su padre. Y todo el pueblo dirá: Amén.
שֹׁכֵבšokhevel-que-se-acuesta
עִם־אֵשֶׁתim-ešetcon-esposa
אָבִיוavivde-su-padre,
כִּיkiporque
גִלָּהgillahdescubrió
כְּנַףkenaffalda
אָבִיוavivde-su-padre.
וְאָמַרve-amarY-dirá
כָל־הָעָםkol-ha-amtodo-el-pueblo
אָמֵן׃amenAmén.
אָרוּרArurMalditoMaldito el que se acuesta con cualquier animal. Y todo el pueblo dirá: Amén.
שֹׁכֵבšokhevel-que-se-acuesta
עִם־כָּל־בְּהֵמָהim-kol-behemahcon-todo-animal.
וְאָמַרve-amarY-dirá
כָל־הָעָםkol-ha-amtodo-el-pueblo
אָמֵן׃amenAmén.
אָרוּרArurMalditoMaldito el que se acuesta con su hermana, hija de su padre o hija de su madre. Y todo el pueblo dirá: Amén.
שֹׁכֵבšokhevel-que-se-acuesta
עִם־אֲחֹתוֹim-aḥotocon-su-hermana
בַּת־אָבִיוbat-avivhija-de-su-padre
אוֹoo
בַת־אִמּוֹvat-immohija-de-su-madre.
וְאָמַרve-amarY-dirá
כָל־הָעָםkol-ha-amtodo-el-pueblo
אָמֵן׃amenAmén.
אָרוּרArurMalditoMaldito el que se acuesta con su suegra. Y todo el pueblo dirá: Amén.
שֹׁכֵבšokhevel-que-se-acuesta
עִם־חֹתַנְתּוֹim-ḥotanttocon-su-suegra.
וְאָמַרve-amarY-dirá
כָל־הָעָםkol-ha-amtodo-el-pueblo
אָמֵן׃amenAmén.
אָרוּרArurMalditoMaldito el que hiere a su vecino en secreto. Y todo el pueblo dirá: Amén.
מַכֵּהmakkehel-que-hiere
רֵעֵהוּre’ehua-su-vecino
בַּסָּתֶרba-sateren-secreto.
וְאָמַרve-amarY-dirá
כָל־הָעָםkol-ha-amtodo-el-pueblo
אָמֵן׃amenAmén.
אָרוּרArurMalditoMaldito el que toma soborno para matar a una persona inocente. Y todo el pueblo dirá: Amén.
לֹקֵחַloqeaḥel-que-toma
שֹׁחַדšoḥadsoborno
לְהַכּוֹתle-hakotpara-matar
נֶפֶשׁnefeshalma
דָּםdamsangre
נָקִיnaqiinocente.
וְאָמַרve-amarY-dirá
כָל־הָעָםkol-ha-amtodo-el-pueblo
אָמֵן׃amenAmén.
אָרוּרArurMalditoMaldito el que no cumpliere las palabras de esta Torah para hacerlas. Y todo el pueblo dirá: Amén.
אֲשֶׁרašerel-que
לֹא־יָקִיםlo-yaqimno-cumpliere
אֶת־דִּבְרֵיet-divreia-las-palabras
הַתּוֹרָהha-Torahde-la-Torah
הַזֹּאתha-zotesta
לַעֲשׂוֹתla’asotpara-hacerlas.
אוֹתָםotamellas.
וְאָמַרve-amarY-dirá
כָל־הָעָםkol-ha-amtodo-el-pueblo
אָמֵן׃amenAmén.
וְהָיָהVe-hayahY-seráY será que, si escuchares atentamente la voz de Adonái tu Elohím, para guardar y poner por obra todos sus mandamientos que yo te mando hoy, entonces Adonái tu Elohím te pondrá por encima de todas las naciones de la tierra.
אִם־שָׁמוֹעַim-šamoasi-escuchar
תִּשְׁמַעtišmaescucharás
בְּקוֹלbe-qolen-voz
יְהוָהAdonáide-Adonái
אֱלֹהֶיךָEloheykatu-Elohím
לִשְׁמֹרli-šmorpara-guardar
לַעֲשׂוֹתla’asotpara-hacer
אֶת־כָּל־מִצְוֺתָיוet-kol-mitzvotava-todos-sus-mandamientos
אֲשֶׁרašerque
אָנֹכִיanokhiyo
מְצַוְּךָmeṣavvekate-mando
הַיּוֹםha-yomhoy.
וּנְתָנְךָu-netanekaY-te-pondrá
יְהוָהAdonáiAdonái
אֱלֹהֶיךָEloheykatu-Elohím
עֶלְיוֹןelyonsupremo
עַלalsobre
כָּל־הַגּוֹיִםkol-ha-goyimtodos-los-pueblos
הָאֲשֶׁרha-ašerlos-que
בָּאָרֶץ׃ba-areṣen-la-tierra.
וּבָאוּU-va’uY-vendránY vendrán sobre ti todas estas bendiciones, y te alcanzarán, si escuchares la voz de Adonái tu Elohím.
עָלֶיךָalekhasobre-ti
כָּל־הַבְּרָכוֹתkol-ha-berakhottodas-las-bendiciones
הָאֵלֶּהha-elehestas
וְהִשִּׂיגֻךָve-hissigukay-te-alcanzarán
כִּיkiporque
תִשְׁמַעtišmaescucharás
בְּקוֹלbe-qolen-voz
יְהוָהAdonáide-Adonái
אֱלֹהֶיךָ׃Eloheykatu-Elohím.
בָּרוּךְBarukhBenditoBendito serás tú en la ciudad, y bendito tú en el campo.
אַתָּהattah
בָּעִירba-iren-la-ciudad
וּבָרוּךְu-varukhy-bendito
אַתָּהattah
בַּשָּׂדֶה׃ba-sadehen-el-campo.
בָּרוּךְBarukhBenditoBendito el fruto de tu vientre, y el fruto de tu tierra, y el fruto de tu ganado, el parto de tus vacas y las crías de tus ovejas.
פְּרִי־בִטְנְךָperi-vitnekafruto-de-tu-vientre
וּפְרִיu-feriy-fruto
אַדְמָתְךָadmatekade-tu-tierra
וּפְרִיu-feriy-fruto
בְהֶמְתְּךָvehemtekade-tu-ganado
שְׁגַרšegarel-parto
אֲלָפֶיךָalafeykhade-tus-vacas
וְעַשְׁתְּרוֹתve-aštaroty-las-crías
צֹאנֶךָ׃ṣonekade-tus-ovejas.
בָּרוּךְBarukhBenditoBendita tu canasta y tu artesa.
טַנְאֲךָta’anakatu-canasta
וּמִשְׁאַרְתֶּךָ׃u-miš’artekay-tu-artesa.
בָּרוּךְBarukhBenditoBendito serás tú en tu entrada, y bendito tú en tu salida.
אַתָּהattah
בְּבֹאֶךָbe-vo’ekaen-tu-entrada
וּבָרוּךְu-varukhy-bendito
אַתָּהattah
בְּצֵאתֶךָ׃be-ṣetekaen-tu-salida.
Texto Arameo OriginalFonética Siríaca OrientalTraducción Palabra por PalabraTraducción Literal del Verso
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ܟܠKalTodoPues todos los que son de obras de la Torah, bajo maldición están, porque está escrito: Maldito todo el que no permanece en todas las cosas que están escritas en la Torah para hacerlas.
ܓܝܪgirpues
ܕܡܢd-manque-de
ܥܒܕܐebadáobras
ܕܢܡܘܣܐd-namusade-la-Torah
ܐܢܘܢinonson
ܬܚܝܬtaḥetbajo
ܠܘܛܬܐluṭtámaldición
ܐܢܘܢinonestán,
ܟܬܝܒkatibescrito
ܓܝܪgirpues
ܕܠܝܛd-la’iṭque-maldito
ܗܘhues
ܟܠkaltodo
ܕܠܐd-laque-no
ܡܩܝܡmaqimpermanece
ܒܟܠܗܝܢb-kolehénen-todas-ellas
ܕܟܬܝܒܢd-katibanque-están-escritas
ܒܢܡܘܣܐb-namusaen-la-Torah
ܕܢܥܒܕd-ne’badpara-hacer
ܐܢܝܢaninellas.
ܕܒܢܡܘܣܐD-b-namusaMas-por-la-TorahMas que por la Torah nadie es justificado delante de Elohím, es manifiesto, porque está escrito: El justo por la fe vivirá.
ܕܝܢdinsin-embargo
ܠܐlano
ܐܢܫanašnadie
ܡܙܕܕܩmazdaqdaes-justificado
ܩܕܡqdamdelante-de
ܐܠܗܐAlahaElohím,
ܝܕܝܥܐyadiamanifiesto
ܗܘhues,
ܟܬܝܒkatibescrito
ܓܝܪgirpues
ܕܙܕܝܩܐd-zadiqaque-el-justo
ܒܗܝܡܢܘܬܐb-haymanutapor-la-fe
ܢܚܐ׃neḥavivirá.
ܢܡܘܣܐNamusaLa-TorahY la Torah no es de fe, sino: El que las hiciere vivirá por ellas.
ܕܝܢdinsin-embargo
ܠܐlano
ܗܘܐhues
ܕܗܝܡܢܘܬܐd-haymanutade-fe
ܐܠܐelasino
ܡܢmanel-que
ܕܢܥܒܕd-ne’badlas-hiciere
ܐܢܝܢaninellas
ܢܚܐneḥavivirá
ܒܗܝܢ׃b-henpor-ellas.
ܠܢLanA-nosotrosMas a nosotros el Mashíaj nos redimió de la maldición de la Torah, haciéndose por nosotros maldición (porque está escrito: Maldito todo el que es colgado en un madero).
ܕܝܢdinsin-embargo
ܡܫܝܚܐMašiḥaMashíaj
ܦܪܩܢparaqannos-redimió
ܡܢmande
ܠܘܛܬܐluṭtámaldición
ܕܢܡܘܣܐd-namusade-la-Torah
ܘܗܘw-huy-él
ܗܘܐhufue
ܚܠܦܝܢḥalfaynpor-nosotros
ܠܘܛܬܐluṭtámaldición
ܘܟܬܝܒw-katiby-escrito
ܕܠܝܛd-la’iṭque-maldito
ܗܘhues
ܟܠkaltodo
ܕܡܬܬܠܐd-mattaṭlaque-es-colgado
ܒܩܝܤܐ׃b-qisaen-un-madero.
ܕܬܗܘܐD-tehwePara-que-viniesePara que la bendición de Avraham viniese sobre las naciones en Yeshúa HaMashíaj, y que recibiésemos la Ruaj prometida por la fe.
ܥܠalsobre
ܥܡܡܐamamalas-naciones
ܒܘܪܟܬܐburaktabendición
ܕܐܒܪܗܡd-Avrahamde-Avraham
ܒܝܫܘܥb-Išu’en-Yeshúa
ܡܫܝܚܐMašiḥaMashíaj
ܘܢܤܒw-nesaby-recibiésemos
ܚܢܢḥnannosotros
ܪܘܚܐRuḥaRuaj
ܕܡܘܠܟܢܐd-mulkanade-la-promesa
ܒܗܝܡܢܘܬܐ׃b-haymanutapor-la-fe.

Sha’ul argumenta que, dado que nadie puede cumplir la Torah perfectamente (como lo exige Deuteronomio 27:26, “Maldito el que no cumpliere todas las palabras de esta Torah para hacerlas”), la maldición está sobre todos. Sin embargo, Yeshúa HaMashíaj intervino. Él, el Mashíaj prometido, “nos redimió de la maldición de la Torah, haciéndose por nosotros maldición” (Galatiyim 3:13). Esto se cumplió a través de su muerte en el madero, un acto que la misma Torah designa como maldito (Deuteronomio 21:23).

La obra de Mar Yeshúa no anula la Torah, sino que satisface sus justas demandas y libera a aquellos que ponen su fe en Él de la condenación de la desobediencia. Por medio de Yeshúa HaMashíaj, la bendición de Avraham, que es la promesa de la Ruaj HaKodesh y la justificación por la fe, se extiende a todas las naciones, trayéndolas al Reino de los Cielos. En el Reino de Elohím, la obediencia no es un medio para ganar la bendición, sino una respuesta amorosa a la bendición ya recibida en Mashíaj.

Textos pseudepigráficos como los Salmos de Salomón (siglo I a.C.) anticipan un Mesías justo que purificará Yerushalayim y ejercerá juicio perfecto, trayendo justicia y bendición a un pueblo pecador (Salmos de Salomón 17:21-32, 44). Este Mesías, el Hijo de David, cumplirá la justicia de la Torah de una manera que los hombres no podían. De manera similar, el Testamento de Levi (Testamento de los Doce Patriarcas) habla de un sacerdote y rey mesiánico que llevará a cabo la voluntad de Elohím y traerá un “nuevo sacerdocio” y “nueva ley”, lo que puede verse como una anticipación de la mediación de Yeshúa HaMashíaj para traer una bendición más profunda y una liberación de la maldición de la desobediencia.

4. Contexto Histórico

El pasaje de Deuteronomio 27:11-28:6 se sitúa en un momento crucial de la historia de los Bnei Yisra’el: la culminación de los discursos de Moshéh en las llanuras de Moav, justo antes de que el pueblo cruzara el Yarden para entrar en la Tierra Prometida de Kena’an. Moshéh, cercano a su muerte, reitera y expande la Torah dada en el Sinaí, haciendo un llamado final a la obediencia para asegurar la vida y la bendición en la tierra.

La ceremonia descrita en este pasaje es un evento solemne de renovación del Pacto. Moshéh instruye a Yehoshúa y a los Bnei Yisra’el a erigir piedras con la Torah escrita en Har Eval, y a dividir al pueblo en dos grupos: seis tribus (Shim’on, Levi, Yehudah, Yisaskhar, Yosef, Binyamin) en Har Gerizim para pronunciar las bendiciones, y las otras seis (Re’uven, Gad, Ašer, Zevulun, Dan, Naftali) en Har Eval para las maldiciones. Los Levitas, de pie en medio, pronunciarían las maldiciones, y todo el pueblo respondería “Amén”.

Esta práctica de renovación de pactos era común en el Antiguo Cercano Oriente (ANE). Los tratados de vasallaje hititas, por ejemplo, incluían extensas listas de bendiciones y maldiciones condicionadas por la fidelidad al pacto. Este contexto histórico resalta que la Torah de Adonái no era simplemente un código legal, sino un pacto vivo y relacional con consecuencias directas para la vida del pueblo en la tierra.

Arqueológicamente, el sitio de Tel Balata (la antigua Siquem, cerca de los montes Gerizim y Eval) ha revelado evidencia de actividad religiosa y un altar en Har Eval, lo que podría estar relacionado con las instrucciones de Moshéh. La elección de Har Gerizim (el monte “fértil”) para las bendiciones y Har Eval (el monte “árido”) para las maldiciones no es casual, sino que subraya la naturaleza polarizada y las claras implicaciones de la elección que el pueblo estaba a punto de hacer. Esta ceremonia vinculaba la obediencia a la Torah con la fertilidad, la prosperidad y la presencia de Elohím en la tierra, y la desobediencia con la infertilidad, la calamidad y el alejamiento divino.

5. Comentarios Proféticos

El pasaje de las bendiciones y las maldiciones en Ki Tavó es profundamente profético. No solo describe las consecuencias inmediatas para los Bnei Yisra’el al entrar en Kena’an, sino que también anticipa el curso de su historia. Las maldiciones, lamentablemente, se cumplieron en varias ocasiones, llevando al exilio y la dispersión, tal como profetizan los Nevi’im posteriores como Yirmeyahu HaNavi y Yeḥezqel HaNavi. Sin embargo, las promesas de bendición final también apuntan a la redención última de Yisra’el y el establecimiento del Reino de Yeshúa HaMashíaj.

Proféticamente, el llamado a “escuchar atentamente la voz de Adonái tu Elohím” (Deuteronomio 28:1) es una constante a lo largo de toda la narrativa profética. La obediencia al HaShem es la clave para la vida y la bendición. En el Reino de Yeshúa HaMashíaj, esta obediencia trasciende la mera observancia externa y se centra en una transformación del corazón por la Ruaj HaKodesh. Yesha’yahu HaNavi y Yirmeyahu HaNavi profetizaron un nuevo pacto donde la Torah sería escrita en los corazones (Yirmeyahu 31:31-34), un pacto mediado por Mashíaj.

Las bendiciones de la Aliyá 3, que incluyen prosperidad en la ciudad y el campo, fertilidad y victoria (Deuteronomio 28:3-6), se cumplirán de manera plena y espiritual en el Reino Mesiánico. Yeshúa HaMashíaj es la encarnación de la bendición de Elohím para la humanidad. Él es el Rey justo que traerá la paz y la prosperidad definitivas a su pueblo y a todas las naciones. La profecía de Yesha’yahu 60, con la luz y la gloria de HaShem llenando Tziyon y atrayendo a las naciones, encuentra su cumplimiento en el Reino que Maran Yeshúa establecerá en su regreso.

Para la época actual, estos pasajes son un recordatorio de que las decisiones tienen consecuencias. La elección entre la obediencia a los caminos de HaShem o la rebelión sigue siendo relevante. La diferencia es que ahora, a través de Yeshúa HaMashíaj, los creyentes tenemos la Ruaj HaKodesh que nos capacita para andar en la Torah de Elohím no por fuerza de ley, sino por la gracia y el amor que emanan de nuestro Rey. El Reino de Yeshúa HaMashíaj no anula la ley moral, sino que la interioriza y la hace posible, transformando las maldiciones en bendiciones por medio de la fe en Él.

6. Análisis Profundo

El pasaje de Ki Tavó 27:11-28:6 es una de las secciones más dramáticas y fundamentales de la Torah. Se articula en dos partes claras: la ceremonia de las maldiciones (27:11-26) y la introducción a las bendiciones (28:1-6).

Palabras clave en hebreo:

* אָרוּר (Arur – maldito): Esta palabra se repite doce veces en el capítulo 27, cada una seguida por el “אָמֵן (amen)” del pueblo. “Arur” implica ser separado de la fuente de vida y bendición, sujeto a las consecuencias divinas. No es simplemente una exclamación, sino una declaración de la separación del individuo o la acción de la gracia de Elohím. Su repetición y la respuesta del pueblo subrayan la seriedad del compromiso.

* בָּרוּךְ (Barukh – bendito): En contraste, Deuteronomio 28:3-6 introduce “Barukh”, que significa enriquecido, favorecido, capacitado por Elohím para la prosperidad y el bienestar. Procede de la raíz ב.ר.כ (b.r.k), que connota vitalidad, multiplicación y plenitud de vida.

* שָׁמוֹעַ תִּשְׁמַע (Šamoa tišma – escuchar escucharás / escucharás atentamente): Esta construcción enfática del verbo “šama” (שָׁמַע) en 28:1, es crucial. No solo significa “oír”, sino “oír y obedecer”, “prestar atención y actuar”. Es la base de todo el pacto con Yisra’el. La obediencia no es pasiva, sino una respuesta activa y continua a la voz de Adonái.

Conceptos Teológicos Relevantes:

1. La Condicionalidad del Pacto: La vida de Yisra’el en la Tierra Prometida estaba intrínsecamente ligada a su obediencia a la Torah. Elohím, en su soberanía, establece los términos del pacto. La bendición es la manifestación de su favor cuando su pueblo anda en sus caminos, y la maldición es la consecuencia de la ruptura del pacto. No es arbitrario, sino una expresión de la justicia divina.

2. La Santidad de la Vida Comunitaria: Las maldiciones del capítulo 27 no se centran solo en pecados rituales, sino en transgresiones morales y sociales que corroen el tejido de la comunidad: idolatría oculta (v. 15), deshonra a los padres (v. 16), injusticia hacia los vulnerables (v. 17-19), inmoralidad sexual (v. 20-23), violencia secreta (v. 24) y corrupción judicial (v. 25). Esto revela que la Torah abarca toda la vida, pública y privada, y que la ética social es tan vital como la observancia ritual para la salud del pueblo de Elohím.

3. La Universalidad de la Maldición (27:26): El verso final de la sección de maldiciones es crucial: “Maldito el que no cumpliere todas las palabras de esta Torah para hacerlas” (אָרוּר אֲשֶׁר לֹא־יָקִים אֶת־דִּבְרֵי הַתּוֹרָה הַזֹּאת לַעֲשׂוֹת אוֹתָם). Este versículo, interpretado por Sha’ul en Galatiyim 3:10, muestra la imposibilidad para cualquier ser humano de alcanzar la justificación solo por obras de la Torah, ya que el pacto exige obediencia completa y continua. Un solo error somete a uno a la maldición.

Midrashim y Targumim:

Los Targumim (Onkelos y Jonathan) a menudo parafrasean y expanden el texto. Por ejemplo, en 27:15, el Targum Jonathan no solo menciona la idolatría, sino que enfatiza el pecado de la hipocresía en la adoración oculta.

El Sifre Devarim (27:11) discute la razón por la que seis tribus estaban en Gerizim y seis en Eval. Sugiere que las tribus en Gerizim (incluyendo a Levi y Yehudah) eran descendientes de las matriarcas (Leah y Rajel), asociadas con la bendición, mientras que las otras (incluyendo las concubinas) estaban en Eval. Otros Midrashim (como Midrash Tanhuma, Ki Tavó 1) resaltan la gravedad de cada maldición, explicando las implicaciones de cada transgresión y la justicia inherente en la demanda de “Amén” por parte del pueblo, significando no solo consentimiento sino también aceptación de las consecuencias. Se subraya que cada maldición es por pecados que se cometen en secreto, donde solo Elohím es el Juez, y el “Amén” sirve como una autoevaluación y un compromiso ante HaShem.

7. Tema Relevante

El tema central de esta Aliyá es la Elección y Consecuencia de la Obediencia a la Torah. No es simplemente una lista de reglas, sino una presentación del camino de la vida y el camino de la muerte, la bendición y la maldición. Moshéh confronta al pueblo con una elección ineludible: la fidelidad a Adonái y sus mandamientos lleva a una vida de abundancia y protección bajo su mano; la desobediencia conduce al sufrimiento y la separación.

Este tema resuena profundamente en el Reino de los Cielos. Yeshúa HaMashíaj, en su enseñanza, no anuló la Torah, sino que la intensificó y la interiorizó. Sus sermones, como el del monte, no eliminan la demanda de justicia, sino que la elevan al nivel del corazón y la intención (Mateo 5:17-20). Para los discípulos de Mashíaj, la obediencia no es un medio para ganarse el favor de Elohím, sino la manifestación natural de una relación restaurada con Él a través de Yeshúa. La Ruaj HaKodesh nos capacita para “escuchar atentamente” la voz de Adonái y “hacer” su voluntad, no por obligación legalista, sino por amor y gratitud.

En el Reino de los Cielos, la bendición no es solo material, sino una bendición espiritual que incluye la reconciliación con Elohím, la paz interior y la esperanza de la vida eterna. La maldición, por otro lado, es la separación de la vida de Elohím, que Yeshúa HaMashíaj cargó sobre sí mismo para que sus seguidores pudieran experimentar la plenitud de la bendición. Vivir como discípulos de Mashíaj implica elegir activamente caminar en sus caminos, siguiendo su ejemplo y sus enseñanzas, sabiendo que en Él encontramos la verdadera bendición y la libertad del poder de la maldición.

8. Descubriendo a Mashíaj

El pasaje de “La bendición y la maldición” apunta de manera poderosa hacia Yeshúa HaMashíaj, quien es el cumplimiento y la resolución de esta profunda dicotomía.

1. El Cargador de la Maldición: Deuteronomio 27:26 declara “Maldito el que no cumpliere todas las palabras de esta Torah para hacerlas”. Esta es una declaración que condena a toda la humanidad, ya que nadie, excepto Yeshúa HaMashíaj, puede cumplir perfectamente la Torah. Sha’ul en Galatiyim 3:13-14 explícitamente conecta la maldición de la Torah con Yeshúa: “El Mashíaj nos redimió de la maldición de la Torah, haciéndose por nosotros maldición (porque está escrito: Maldito todo el que es colgado en un madero), para que en Yeshúa HaMashíaj la bendición de Avraham viniese sobre las naciones”. Yeshúa tomó sobre sí la maldición que recaía sobre la humanidad por su desobediencia, sufriendo el juicio de Elohím en el madero.

2. La Fuente de Bendición: Mientras Deuteronomio 28:1-6 promete bendiciones por obediencia, Yeshúa HaMashíaj es la encarnación misma de la bendición de Elohím. A través de Él, la bendición de Avraham, que prometía una descendencia numerosa y que las naciones serían bendecidas en su simiente (Génesis 12:3), se extiende a todos los que creen. En Él, la bendición espiritual de la adopción como hijos de Elohím y el don de la Ruaj HaKodesh son accesibles.

3. El Mediador del Nuevo Pacto: La Ley en su forma mosaica traía consigo una fuerte demanda y la amenaza de maldición por incumplimiento. Yeshúa HaMashíaj inauguró el Brit Hadasháh, el Nuevo Pacto, donde la Torah no es abolida, sino internalizada y cumplida por la Ruaj HaKodesh en los creyentes. Él es el “mediador de un pacto superior” (Ivrim 8:6), trayendo una salvación y una bendición que no dependen de la perfecta obediencia humana a la ley para ganarlas, sino de la fe en su obra redentora.

Los textos apócrifos y pseudepigráficos a menudo expresan la profunda necesidad de un intercesor o un gobernante justo. El Libro de Henok (10:16-17) habla de una nueva justicia que vendrá sobre la tierra, y la promesa de que la “bendición y la justicia serán plantadas para siempre”. Los Salmos de Salomón (17 y 18) profetizan a un “hijo de David” que será un rey justo, guiado por la Ruaj HaKodesh, que destruirá a los pecadores con la palabra de su boca y purificará a su pueblo. Estas aspiraciones messiánicas encuentran su plenitud en Yeshúa HaMashíaj, quien no solo juzga con justicia sino que también redime del juicio. Él es el cumplimiento de todas las promesas de bendición y el libertador de toda maldición para aquellos que entran en su Reino de los Cielos.

9. Midrashim y Targumim

El pasaje de Deuteronomio 27:11-28:6 es rico en interpretación rabínica.

Los Targumim (Targum Onkelos y Targum Jonathan) suelen ser traducciones parafrásticas del texto hebreo al arameo, ofreciendo a veces explicaciones y ampliaciones.

* Deuteronomio 27:15 (Idolatría en secreto): El Targum Jonathan añade una capa de significado, especificando que la maldición recae sobre aquel que hace “ídolos de yeso o de metal fundido en secreto”. Esto no solo prohíbe la idolatría, sino que enfatiza la maldad de aquellos que aparentan ser justos públicamente, pero en privado violan la Torah. Este es un pecado de hipocresía, que la tradición rabínica considera particularmente grave.

Deuteronomio 27:26 (Maldición por no cumplir la Torah): Este versículo ha generado considerable discusión. El Targum Onkelos lo traduce como “maldito el que no observe las palabras de esta Torah para hacerlas”. Algunos Midrashim, como el Midrash Sifre Devarim 343, interpretan que esta maldición no se refiere solo a no cumplir todas las mitzvot (lo que es casi imposible para un ser humano), sino a aquel que desconsidera o invalida cualquier* palabra de la Torah, minimizando su autoridad o su importancia. Otros comentaristas entienden que se refiere a no cumplir los “trece principios fundamentales de la Torah” o a no aceptar el carácter vinculante de toda la Torah en su conjunto. La unanimidad del pueblo en decir “Amén” subraya la aceptación de la totalidad de la Torah y sus consecuencias.

Los Midrashim ofrecen perspectivas fascinantes sobre la ceremonia de Har Gerizim y Har Eval:

* Sifre Devarim 341-342: Explica la disposición de las tribus. Levi, que no recibió herencia territorial, estaba en el centro, entre los que bendecían y los que maldecían, proclamando ambos. Se dice que las tribus en Har Gerizim pronunciaban las bendiciones y las de Har Eval pronunciaban las maldiciones. Sin embargo, en el texto, son los Levitas quienes pronuncian las maldiciones, y todo el pueblo (ambos lados) responde Amén. Esto subraya la idea de que todo Yisra’el, en su totalidad, se compromete con el pacto.

* Midrash Tanhuma, Ki Tavó 1: Los sabios preguntan por qué las maldiciones son pronunciadas en voz alta en un entorno tan público, mientras que la bendición se introduce de manera más sutil en el capítulo 28. Una respuesta es que las maldiciones a menudo son el resultado de acciones secretas, como la idolatría en 27:15 o golpear a un vecino en secreto en 27:24. La proclamación pública y el “Amén” eran para erradicar la hipocresía y el pecado oculto, asegurando que cada Yisra’elita entendiera que Elohím conoce lo oculto. También se argumenta que la inclinación humana a menudo nos lleva al mal, por lo que las maldiciones deben ser presentadas de manera más contundente como una advertencia más fuerte.

* Mishnah Sotah 7:5: Describe la ceremonia real de cómo los sacerdotes y levitas se ponían de cara a Har Gerizim y decían la bendición, y luego se volvían a Har Eval y decían la maldición, con el pueblo respondiendo “Amén” a cada una. Esta imagen ritual enfatiza la solemnidad y el compromiso de toda la nación.

Estas interpretaciones subrayan la seriedad del pacto mosaico, la vigilancia contra el pecado, tanto público como privado, y la necesidad de una aceptación total y de corazón de la autoridad de la Torah de HaShem.

10. Mandamientos

De esta Aliyá, los discípulos de Mashíaj en el Reino de los Cielos pueden extraer principios fundamentales para la vida:

1. La Importancia de la Obra de la Torah por Fe: Aunque la Torah mosaica, en su totalidad legalista, no puede justificarnos (como vemos en Galatiyim 3), los mandamientos morales y éticos que se presentan en las maldiciones de Deuteronomio 27 siguen siendo principios para una vida justa y santa. No cometer idolatría, honrar a los padres, no mover linderos, cuidar al ciego, al extranjero, al huérfano y a la viuda, evitar la inmoralidad sexual, no herir al prójimo en secreto, y no aceptar sobornos para condenar a un inocente. Estos son mandamientos que Yeshúa HaMashíaj reafirmó y profundizó, llamándonos a vivirlos con un corazón transformado.

2. La Sinceridad y la Integridad del Corazón: Muchas de las maldiciones de Deuteronomio 27 se refieren a pecados cometidos “en secreto” (versículos 15, 24). Esto enseña a los discípulos de Mashíaj la importancia de la integridad no solo en la esfera pública, sino también en la privada. La verdadera obediencia y justicia en el Reino de Elohím se extiende a los pensamientos y las intenciones del corazón, tal como Maran Yeshúa enseñó.

3. La Escucha Activa y Obediente (Šama): El pasaje de bendiciones comienza con la frase “si escuchar escucharás en voz de Adonái tu Elohím” (Deuteronomio 28:1). Para los discípulos de Mashíaj, esto significa una disposición continua a escuchar la voz del Ruaj HaKodesh y obedecer las enseñanzas de Yeshúa HaMashíaj. Es una escucha que no es pasiva, sino que lleva a la acción y a la transformación del carácter, manifestando los frutos del Reino.

4. La Conciencia de las Consecuencias: Este pasaje nos recuerda que las acciones tienen consecuencias, ya sean de bendición o de dificultad. Aunque en Yeshúa somos libres de la maldición de la Torah, sembramos lo que cosechamos (Gálatas 6:7-8). Elegir los caminos del Reino de los Cielos trae consigo una vida de propósito, paz y la aprobación de Elohím, mientras que desviarse trae desorden y sufrimiento, tanto personal como comunitario.

11. Preguntas de Reflexión

1. En el contexto del “Amén” del pueblo a las maldiciones ocultas (Deuteronomio 27:15, 24), ¿cómo podemos, como discípulos de Yeshúa HaMashíaj, cultivar una integridad radical en nuestras vidas privadas, sabiendo que Elohím ve nuestros pensamientos y acciones más íntimos, y cómo afecta esto nuestra participación en el Reino de los Cielos?

2. Deuteronomio 28:1 enfatiza el “escuchar escucharás” (šamoa tišma) la voz de Adonái. ¿Qué prácticas o disciplinas podemos implementar en nuestras vidas para desarrollar una escucha más profunda y una obediencia más plena a la guía del Ruaj HaKodesh, y cómo esta obediencia nos posiciona para las bendiciones del Reino de Yeshúa HaMashíaj hoy?

3. Considerando que Yeshúa HaMashíaj se hizo maldición por nosotros (Galatiyim 3:13), ¿cómo debería nuestra comprensión de esta redención transformar nuestra perspectiva sobre las demandas de la Torah y motivarnos a vivir una vida de santidad y justicia en el Reino de los Cielos, no por temor a la maldición, sino por amor y gratitud a nuestro Maran Yeshúa?

12. Resumen

La Aliyá 3 de la Parashá Ki Tavó presenta la solemne ceremonia de las bendiciones y maldiciones, delineando las consecuencias directas de la obediencia o desobediencia a la Torah de Adonái. En los montes Gerizim y Eval, el pueblo de Yisra’el fue llamado a ratificar su compromiso con el pacto, con los Levitas proclamando las maldiciones por transgresiones morales y sociales, y el pueblo respondiendo “Amén”, asumiendo la responsabilidad total. Este pasaje, junto con la Haftaráh de Yesha’yahu 60, subraya que si bien la desobediencia trae juicio, la fidelidad conduce a bendiciones abundantes y una gloriosa restauración. La Brit Hadasháh revela a Yeshúa HaMashíaj como aquel que asumió la maldición de la Torah en sí mismo, abriendo el camino para que la bendición de Avraham se extendiera a todas las naciones. Como discípulos de Mashíaj en el Reino de los Cielos, somos llamados a una obediencia que surge del amor y la fe en Yeshúa, transformando nuestros corazones por la Ruaj HaKodesh y permitiéndonos caminar en la plenitud de las bendiciones de Elohím.

13. Tefiláh (Oración)

Adonái Elohím, soberano de cielos y tierra, te agradecemos por tu Torah, que nos muestra tus caminos de vida y justicia. Te damos gracias por Maran Yeshúa HaMashíaj, quien tomó sobre sí la maldición que merecíamos, abriendo el camino a la verdadera bendición y al Reino de los Cielos. Ayúdanos, por tu Ruaj HaKodesh, a escuchar atentamente tu voz y a vivir con integridad en todos nuestros caminos, cultivando la obediencia que brota del amor y la gratitud por tu redención. Que nuestras vidas reflejen las bendiciones de tu Reino, para la gloria de tu Nombre. Amén.

Más Recursos del Reino de Yeshúa HaMashíaj

Para estudios adicionales y recursos, visita nuestro sitio web dedicado al estudio profundo de la Torah desde la perspectiva del Reino de Yeshúa HaMashíaj.

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